Efemérides. Literatos

Literatos

El próximo día 15 de septiembre, Correos pone en circulación tres nuevos sellos dedicados a otras tantas figuras de nuestras letras. Tres épocas representadas por tres escritores universales.


Miguel Hernandez (1910-1942)

Fue un 28 de marzo de 1942 cuando se apagó la voz del poeta para siempre.

Su pluma llena de garra, su desesperación y entrega, hicieron de él un caballero de las letras pese a que él decía de sí mismo que era un “cabrero poeta” o un “poeta pastor”.

Se dice, aunque no se sabe, que cuando Miguel Hernández murió aquel día de primavera, a causa de una tuberculosis en la cárcel, nadie podía cerrarle los ojos.

Sus ojos, tan llenos de expresión y casi rotos de dolor que hemos visto en muchos de sus retratos. Sus ojos no querían dejar de ver esa luz, la luz de la que habló tantas veces en sus poemas: “… Pero hay un rayo de sol en la lucha/ que siempre deja la sombra vencida”.

Fue un hombre afortunado, pues estudió mucho más que los chiquillos de su condición y época. En el colegio de jesuitas de Santo Domingo llegó a alcanzar los grados de “príncipe”, “edil” y “emperador”, títulos con los que los jesuitas distinguen a los buenos alumnos.

Miguel-HernandezEra un gran lector y esa afición creció también como lo hizo su amistad con Ramón Sijé, al que más tarde le dedicaría la famosa elegía con motivo de su muerte.

Comenzó a viajar a Madrid donde conoció a los poetas de la Generación del 27, aunque no en todos creó simpatías. Es sabido su no tan buena relación con García Lorca o Rafael Alberti, al que se dice que insultó gravemente recibiendo un gran bofetón de su pareja, María Teresa León.

Hombre de fuertes ideas políticas en medio de la Guerra Civil, se casó con Josefina Manresa, la que fue el gran amor de su vida y con la que tuvo dos hijos. El primero falleció prematuramente y, el segundo, es a quién dedicó sus famosos versos Nanas de la cebolla, después de que su mujer le escribiese contándole las penalidades que ella y su hijo estaban viviendo, comiendo únicamente pan y cebolla.

El sello que conmemora el aniversario de su muerte, muestra al escritor recitando uno de sus poemas. Al fondo su mirada y también, su firma y el dibujo de un corazón que aparece en una de las cartas a su mujer.

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Camilo José Cela (1916-2002)

LiteratosEn 2016, Camilo José Cela hubiera cumplido 100 años. Por este motivo Correos emite un nuevo sello, dedicado a este hombre de letras que tanto aportó a la Literatura Universal.

El 11 de mayo de 1916 nacía en Iria Flavia, provincia de La Coruña, el primer hijo del matrimonio Cela Trulock que fue bautizado con los nombres de Camilo José Manuel Juan Ramón Francisco de Jerónimo.

Se trasladó con su familia a Madrid y al ser internado en un sanatorio por una tuberculosis, dedicó su tiempo a leer la obra completa de Ortega y Gasset y la colección completa de clásicos españoles de Rivadeneyra.

Comenzó estudios de Medicina, y, aunque el mundo perdió probablemente a un gran médico, ganó a un genio de las letras. Ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras y conoció a otros escritores como Pedro Salinas, Alonso Zamora Vicente, Miguel Hernández, María Zambrano o Max Aub entre otros.

Comenzó su producción literaria y nos dejó grandes obras como Pisando la dudosa luz del díaLa familia de Pascual DuarteViaje a la Alcarria o la inolvidable La Colmena, que debido a la censura en nuestro país, fue publicada primero en Argentina.

Duarte Alcarria

Pero Camilo José Cela no fue solo escritor, como cuenta su hijo, también fue torero, actor, artista, bibliófilo, editor e incluso cartero honorario.

Este último título honorífico le fue concedido por Correos en el año 1982, sumándose a este exclusivo “club” que comparte con otros cinco personalidades: Mariano Pardo de Figueroa, más conocido como Doctor Thebussem, Rafael Álvarez Sereix, Ramón Carande, Antonio Mingote y la reina Sofía.

Camilo José Cela cosechó grandes logros y reconocimiento, obteniendo los premios más importantes que se conceden en este ámbito. En 1987 fue reconocido con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Dos años después, recibió en Premio Nobel de Literatura, y, tras el Premio Planeta en 1994, le fue otorgado el Premio Cervantes un año después.

El sello que se emite, recoge una calcografía con el rostro del escritor. Incluye su firma y algunas de las anotaciones manuscritas, que solía hacer para sus novelas.

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José Zorrilla (1817-1893)

LiteratosHace 200 años, en la ciudad de Valladolid, nacía uno de los genios más importantes de la Historia de la Literatura de nuestro país, José Maximiano Zorrilla Moral.

Veinte años después, un 15 de febrero de 1837, se celebraba el funeral del también genio escritor Mariano José de Larra, que se había suicidado unos días antes tras un desengaño amoroso. En el entierro, un joven e incipiente poeta llamado José Zorrilla, leyó una sentida elegía que había compuesto expresamente para esa ocasión.

Nadie le conocía, nadie sabía de él, pero aquel escritor con cara de niño que recitaba unos versos en medio de aquellos románticos que lloraban la muerte del gran Larra, hizo que todos los allí presentes le prestaran atención.

Las malas lenguas, de hecho, dijeron que Zorrilla había escrito y leído ese poema en ese preciso momento y lugar, con la intención de hacerse con el trabajo del difunto. Fuera o no así, consiguió el empleo, y, gracias a ello, hoy día podemos disfrutar del legado de su pluma. Se dice también, que ese día murió Larra y nació Zorrilla.

TenorioEl éxito llegó y con él, la silla de la Real Academia de la Lengua española, en donde ingresó el 31 de mayo de 1885, leyendo su discurso titulado Autobiografía y autorretrato poéticos.

Pero la silla no fue la primera que se le concedió. En 1848 fue elegido miembro de número de la corporación, con la silla H, pero nunca llegó a leer el discurso de ingreso dentro del plazo establecido, por lo que siguiendo el reglamento de la institución, no pudo continuar en ella. Por suerte, casi cuarenta años después, tomo posesión de una nueva silla con una extraordinaria composición en verso.

Con motivo del aniversario de su nacimiento, Correos emite un sello protagonizado por un retrato del propio escritor, del que se dice que no era muy aficionado a las cámaras de retratar. Tras la imagen del poeta, aparece una ilustración de Doña Inés, protagonistas de su Don Juan Tenorio, y un espadachín con el arma en alto.

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