Por José Manuel Rodriguez
Expresidente de SOFIMA
Miembro de la Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal
El año 1873 fue muy complicado para España. A la tercera guerra carlista se le suma la insurrección cantonal, consecuencia de la frustración de los republicanos federales frente al centralismo del gobierno presidido por Don francisco Pi y Margall, que, dadas las dificultades duró solo del 11 de junio al 18 de julio de dicho 1873.
En mi tierra, Murcia, el 11 de julio se creó una Junta Revolucionaria en Cartagena y, en vista de eso, el domingo 13 de julio, las fuerzas vivas de Murcia, formadas por oficiales de los Voluntarios de la República, diputados a Cortes y representantes del Partido Republicano, tomaron el palacio episcopal y formaron una Junta Revolucionaria. Esta se unió a la de Cartagena para la fundación del Cantón Murciano.
Toda España estaba revuelta. La revista satírica “La Flaca”, que se editó del 26 de marzo de 1869 a 1873, nos refleja el ambiente, el pobre Pi y Margall rodeado de “niños” vestidos con trajes regionales, representando la crisis cantonal.
Fig 1 .- Caricatura que muestra a Pi y Margall (centro) desbordado por el federalismo (1873). Revista ‘La Flaca’
Pues bien, el mismo día en que inicia su andadura el Cantón Murciano circula la carta de la fig 2. Su interés filatélico es que circuló en el interior de Barcelona, con una indicación manuscrita Urgente.
La carta contiene un anónimo cuyo texto refleja como estaba el patio en Barcelona. Un clima claramente revolucionario.
Fig 2 .- Carta circulada en el interior de Barcelona, con una indicación manuscrita Urgente.
Trascribo a continuación e texto, que es muy explícito:
13 de julio 73
Los conventos son nido de la reacción
Es preciso acabar con los conventos de
monjas que sirven para centros de relacio-
nes de los carlistas. Hoy las monjas
se ocupan en hacer hilas y trajes
para los partidarios del absolutismo
El pueblo acabará con esto.
Las autoridades, pues, pueden dar
8 o 12 horas de plazo a las señoras
de los conventos, para desocuparlos;
diciéndoles que con la efervescencia
actual, se hace para hacerles un
bien.
Luego los locales, quedarán
para cosas útiles al pueblo; y se habrá
dado un gran golpe a la reacción
de todos los colores
Un hijo del Pueblo
Sr. Gobernador de Barna y provincia
Más que una sugerencia es un aviso, o más bien una amenaza, de hasta donde “el pueblo” estaba dispuesto a llegar.