Enmarcado en una hoja bloque que recoge una vista aérea del pueblo de Marcilla, ubicado en Navarra, el sello dedicado al castillo del mismo nombre muestra una calcografía del mismo.
La vida de Marcilla gira en torno a su imponente castillo del siglo XV. Situado en medio de la localidad junto a él se reúnen sus habitantes y celebran sus fiestas.
El Castillo de Marcilla, es una fortificación gótica levantada en el siglo XV, a finales del reinado de Carlos III el Noble, rey de Navarra, quien ordenó su construcción a Mosén Pierres de Peralta, personaje maldito ya que en 1469 aupó a Nicolás de Chávarri como obispo de Pamplona, quien tiempo después ordenaría su muerte a lanzadas.
Además de un papel defensivo, esta fortaleza tuvo también el papel de mansión palaciega de los marqueses de Falces, descendientes de Pierres de Peralta.
En el año 1516 estuvo en peligro y, a punto de ser demolido por las tropas guipuzcoanas que comandadas por el capitán Villalva, pretendían demoler la fortaleza siguiendo la orden del Cardenal Cisneros.
Fue salvado de tal desastre por doña Ana de Velasco, esposa del señor marqués, Alonso Carrillo. Este hecho dio lugar a la más famosa de las leyendas de Marcilla, inmortalizada en la película “La dama guerrera, Doña Ana de Velasco.”
Castillo de Marcilla. Navarra
El castillo tenía en su interior un gran patio de armas en torno al cual se distribuían las dependencias. En tiempos modernos, se fueron añadiendo construcciones más bajas que redujeron este espacio interior.
Fue construido con ladrillos sobre taludes de piedra. Rodeado de grandes fosos disponía del típico puente levadizo. En los cuatro ángulos del cuadrado se elevan unos fuertes torreones prismáticos. Tenía en el centro otra más elevada, pero menos gruesa, provista de almenas y anguladas saeteras.
En este edificio se guardó desde 1470 la espada Tizona del Cid, cedida a Mosén Pierres por Fernando el Católico, permaneciendo en él hasta la Guerra Civil.