El pasado 25 de Enero D. Juan Enrique Page, Catedrático del Departamento de Electromagnetismo y Teoría de Circuitos de la Universidad Politécnica de Madrid y socio de SOFIMA desarrolló en la sede de FESOFI una interesante conferencia sobre un tema atípico dentro del ciclo organizado por la Sociedad Filatélica Madrileña.
Ante una nutrida presencia de amigos, y filatelistas nos relató, apoyado en numerosas piezas de su colección, los episodios más significativos de la vida de Ernesto Guevara, más conocido por «El Ché», apodo, por cierto, puesto en Méjico poco antes de embarcarse hacia Cuba.
“Yo no soy ni un Cristo ni un filántropo. Soy lo más opuesto a un Cristo y la filantropía me parece nada comparada con las cosas en que creo. Lucharía con todas las armas a mi alcance en vez de dejarme clavar en una cruz o cualquier otra cosa”
Juan Enrique comenzó haciendo una breve presentación de sus padres, burgueses argentinos venidos a menos y muy avanzados para su época, aunque no tanto como para no inscribir a su hijo un mes más tarde de su fecha real de nacimiento el 14 de Junio de 1928 en Rosario, por aquello de haber sido concebido antes del matrimonio.
Enrique, cuya última conferencia en SOFIMA nos había llevado por el desconocido mundo de Carpato-Ucrania, relató los viajes del Ché por América, su estancia en Méjico y su salto a Cuba como médico en el yate “Gramma” bajo la dirección de Fidel Castro, dispuesto a derrocar a Batista. Con profusión de detalles y anécdotas destacó su profesión de médico y que llegó a obtener una cátedra de fisiología en Méjico, aunque no llegó a ocuparla.
El carácter luchador se fue fraguando con el tiempo. En sus propias palabras : “Yo no soy ni un Cristo ni un filántropo. Soy lo más opuesto a un Cristo y la filantropía me parece nada comparada con las cosas en que creo. Lucharía con todas las armas a mi alcance en vez de dejarme clavar en una cruz o cualquier otra cosa”. Su lucha continuó en el Congo desde abril de 1965, donde como “Tatu” intentó organizar un grupo guerrillero eficaz en un ambiente cultural que ni entendía ni le entendía para terminar. Una experiencia corta, de menos de un año, pero agotadora y sin ningún resultado, salvo que se convertiría en un ejemplo a seguir para muchos jóvenes cubanos que pelearon más tarde en otros países africanos.
En 1966 se traslada a Bolivia con sus mejores antiguos compañeros de lucha. De los que muy pocos le sobrevivirán. El 8 de octubre de 1967 es hecho prisionero en la quebrada del Yuro y al día siguiente es ejecutado con una ráfaga de ametralladora. Muere el Che y nace un mito: el Guerrillero Heróico.
Con independencia de los pormenores de su vida, Juan Enrique mostró numerosas piezas de su colección, tanto de las emitidas en Cuba como en otros países conmemorando diversos episodios de su vida y de su muerte, incluso emisiones privadas de Austria, circuladas a España que dieron el carácter filatélico a la conferencia y demostraron cómo se puede formar una colección temática.