Por Jacinto Sardinero
Recientemente he tenido la oportunidad de visitar Canadá, concretamente la ciudad de Toronto, capital de la provincia de Ontario, donde pude conocer uno los edificios más antiguos y emblemáticos de la ciudad: La Primera Oficina Postal de Toronto.
James Scott Howard
Primer Jefe de Correos de Toronto
La Historia
En el número 252 de la calle Adelaida, se encuentra una de las estructuras más históricas de la ciudad: la primera oficina de correos de Toronto. Erigida en 1833, la oficina representaba un importante centro comercial y social para la ciudad de York, en los días en que York era considerada una remota provincia colonial del imperio británico. A pesar de su aislamiento, York se consideraba un enclave animado al tratarse de la capital de la colonia de Canadá Superior. El servicio postal era vital, pues suponía la única conexión de la ciudad con el mundo exterior.
En la década de 1830, Canadá no poseía un sistema postal propio. La entrega del correo estaba controlada por el gobierno imperial en Londres, que nombraba a un encargado general del correo para la Norteamérica británica, siendo este, responsable de los diversos encargados locales del correo. Sólo un hombre con medios financieros considerables podía cumplir los requisitos indispensables para desarrollar las funciones de un jefe de correos, dado que esta posición requería que la persona pagara de su propio bolsillo la construcción y mantenimiento del edificio que albergaba la oficina de correos, los salarios de los empleados así como el equipamiento y los suministros necesarios.
Aspecto exterior de la entrada
A pesar de todos estos requisitos, James Scott Howard fue nombrado Jefe de correos de York en 1828, lo que le otorgó un prestigio considerable dentro de la ciudad. Nacido en Irlanda en 1798, había emigrado al Alto Canadá en 1820. Inicialmente trabajó en una cabaña de troncos, prosperó y finalmente fue nombrado jefe de correos. Nunca fue considerado un miembro de la élite ya que era metodista y no anglicano como los miembros de las principales familias de la ciudad. Sin embargo, su reputación de integridad y trabajo duro le valió el reconocimiento de sus conciudadanos.
Howard compró terrenos del Banco del Alto Canadá y erigió un elegante edificio de estilo georgiano en la calle Adelaida, que entonces se llamaba Duke Street, con un coste de 2.400 libras. Se trataba de una estructura de tres pisos de ladrillos rojos, con un diseño simétrico simple. En esa época, era común que los comerciantes vivieran en el mismo edificio en el que desarrollaban su actividad, para ello, la oficina de correos disponía de dos entradas, una en el lado oeste, que permitía el acceso a las instalaciones postales y otra puerta al este, que conducía a la residencia familiar en los pisos superiores.
Emisión canadiense de 1987
Centenario de la Organización Filatélica de Canadá
La oficina de correos se encontraba ubicada entre el Banco del Alto Canadá a su izquierda y la majestuosa casa del juez William Campbell a su derecha. La proximidad del mercado de St. Lawrence, permitía que las familias y los agricultores que asistían al mercado recibieran fácilmente su correo. En la antigua localidad de York existían otras tres estafetas postales. Cuando en 1834 York obtiene el status de ciudad y es renombrada como Toronto. El edificio de Howard pasó a convertirse en la primera oficina de correos de la nueva ciudad.
Después de la rebelión de 1837, Howard fue acusado de ser simpatizante de los rebeldes. Debido a estos rumores infundados, fue despedido de su cargo en 1838, a pesar de que nunca se presentaron cargos y nada pudo ser probado. El hecho de que él no fuera un miembro del grupo de élite de la ciudad, indudablemente influyó en esta decisión. El cargo de Jefe de Correos fue adjudicado a Charles Albert Berczy que residió en el edificio hasta 1839, cuando trasladó la oficina de correos a la calle Front.
“La Sala de Lectura”
Durante los años siguientes, el edificio de James Scott Howard tuvo diversos inquilinos. En 1870, el Instituto De La Salle, una escuela de niños católicos, compró el edificio del Banco del Alto Canadá y el solar vacío situado entre este y la oficina de correos. La escuela erigió un edificio de tres pisos en este espacio y alteró el techo del antiguo Banco de Canadá para hacer coincidir ambos edificios. En 1874 compraron la antigua oficina de correos. Las tres estructuras se unieron para crear un solo edificio. La escuela funcionó hasta 1913.
La estafeta de Correos
Los últimos inquilinos abandonaron la edificación en 1956. La antigua oficina de correos, que ocupaba la parte oriental de la estructura, quedo vacía, junto con las dos estructuras adyacentes. Pronto comenzaron a deteriorarse y quedaron en peligro de derrumbamiento. Afortunadamente, en 1979 las estructuras fueron finalmente compradas por Sheldon Godfrey. La antigua oficina de correos fue redescubierta y restaurada, recibiendo el título de lugar histórico nacional. Hoy en día, es un museo, pero es también una oficina de correos completamente funcional.
El Edificio
Compuesto por tres salas, en la parte posterior del edificio se encuentra «la Sala de la Maqueta», esta sala, cuyo uso original se desconoce, contiene un modelo a escala del Toronto de 1837, donde es fácil localizar la oficina de correos junto al Banco del Alto Canadá en su lado oeste. La sala alberga una exposición con el contexto histórico de la oficina de correos.
Puede crear y enviar su propia carta al estilo clásico, escribiendo con pluma de ave y sellándola con cera importada de Escocia
A continuación encontramos “la Sala de Lectura”. En una época de malos caminos y trasporte a caballo, un viaje a la oficina de correos podía suponer a un agricultor una jornada de trabajo. Para evitar hacer dos viajes, se habilitó esta sala como lugar para que las personas leyeran y respondieran las cartas que habían venido a recoger. Había también empleados de correos dispuestos a asistir a aquellos que no supieran leer o escribir. Las notificaciones de correos se hacían por medio del periódico y el administrador de correos debía publicar listas cuatrimestrales de aquellos que tenían cartas esperándoles (se pueden ver alguna de estas listas en los recortes de prensa que forman parte de la exposición).El mobiliario y los artefactos de la sala de escritura datan de principios del siglo XIX y la chimenea, construida con el edificio, aun se enciende en ocasiones especiales.
La sala ubicada en la parte delantera funciona actualmente como oficina de correos. Detrás del mostrador se exhiben numerosos utensilios de la época y la vitrina con los apartados postales son réplicas de aquellos que fueron alquilados por personajes históricos de la ciudad.