Como continuación del programa de actividades de las mañanas de los domingos de SOFIMA, el pasado domingo, 24 de febrero, tuvo lugar a cargo de nuestro compañero Julio Peñas Artero, la presentación de la segunda parte de su interesante conferencia sobre la presencia del Ejército de Tierra en la filatelia titulada “El Ejército de Tierra, el Correo y la Filatelia“.
Julio Peñas Artero es Académico de la Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal, donde se ha responsabilizado de la organización de la biblioteca, es también Tesorero de SOFIMA y miembro de AFINET. Ha publicado diversos libros y ensayos sobre la Historia Postal del Carlismo y sobre marcas y fechadores.
Carta dirigida por el Alcalde de Bilbao a Palafox en 1826.
Con la Grand Armée de Napoleón nace el primer Ejército de carácter nacional que podría ser considerado como el primer ejército moderno. El proceso revolucionario francés acabó con los pequeños y profesionalizados ejércitos de la Ilustración dando lugar a una nueva organización militar basada en la movilización de los pueblos para la guerra, nace así el concepto del ciudadano-soldado que lucha por su nación frente al soldado del Rey que lucha por su soberano.
Carta sin fechar circulada desde Salamanca a Cádiz reexpedida al 4º Exército. Dirigida al Teniente General de los Exércitos Nacionales Vicente Calas Portocarrero, Duque del Parque Castrillo. Mandó el Ejército de la Izquierda y después el de Galicia, tras la reforma de 1812 paso a mandar el Exército 3º.
En el ejército español la Guerra de la Independencia provocó una movilización que superó cualquier previsión produciéndose el alistamiento, voluntario o forzoso según casos, de todos los solteros menores de 40 años hasta llegar a los 250.000 hombres. Cada Junta montó su propio Ejército sobre la base de las unidades desplegadas en su territorio tanto del Continuo Servicio como de la Milicia Provincial.
Marcas de los ejércitos catalanes
Marcas recogidas
por Tizón y Guinovart.
Por otra parte, surge nace la Guerrilla en la zona de Tudela con la partida de Espoz y Mina, el más importante de todos los guerrilleros que crea “el corso terrestre” como forma de operar a imagen y semejanza de la guerra en el mar.
Napoleón no podía dominar España sin antes controlar sus comunicaciones postales como un paso previo al dominio físico del terreno. Tras el 2 de mayo los franceses interrumpieron totalmente el servicio postal español y potenciaron hasta el extremo el suyo propio. Los territorios controlados por las Juntas eran islas en medio de un mar francés y apenas conseguirán desarrollar el correo en su zona de acción sin poder intercambiarlo con tras Juntas salvo a través de Gibraltar y Portugal desde donde enlazaban con el correo inglés.
Tanto las Juntas como sus Ejércitos tendrán que recurrir al correo “a la mano” generalmente transportado por militares vestidos de paisano o por guerrilleros por el extraordinario riesgo que corrían. Estas cartas no llevan, por lo general, marcas postales y en algún caso indicaciones manuscritas del porte a devengar.
Carta circulada de Madrid a Valencia de Alcántara en 1809. Dirigida a Manuel Texedor, Subteniente de la Milicia Urbana.
Napoleón pretendía anexionar las provincias sitas al norte del Ebro y muy especialmente Cataluña, cuyas provincias convirtió en Departamentos franceses cambiándolas de nombre y asignándoles numeración igual que a cualquier otro Departamento francés.
Julio Peñas finalizo la conferencia lamentando la desidia por parte de los responsables de la filatelia española que han negado el necesario homenaje a estos acontecimientos y de los personajes que, enterrados en el olvido, forman parte de la historia de nuestro país.
Aquí puedes acceder a los contenidos de la conferencia
El Ejército de Tierra, el Correo y la Filatelia (2ª Parte) (PDF)