El 18 de julio de 1936, después de meses de una grave crisis política, económica y social, un grupo de generales se sublevó contra el Gobierno de la Segunda República Española. El golpe fracasó en las regiones industriales y las grandes ciudades, pero tuvo éxito en el centro-norte del país, algunas ciudades del sur, las islas Baleares y Canarias, las posesiones africanas y el Protectorado en Marruecos. A finales de julio, el territorio español estaba dividido en dos zonas enfrentadas.
A lo largo de la guerra, la tarifa de la correspondencia de la zona republicana al extranjero aumentó dos veces. Por contra, la zona nacional mantuvo la tarifa de pre-guerra hasta enero de 1939. Tras los cambios de la tarifa republicana, la correspondencia de la zona nacional al extranjero comenzó a ser tasada en algunos países por “franqueo insuficiente”. No todas las cartas se tasaron, pero sí un número suficiente para poder estudiar el hecho.
Carta de Vigo (zona nacional desde julio de 1936) a Zurich (Suiza) circulada el 18 de mayo de 1937. Franqueo de 50 céntimos de peseta (0,10 sello nacional + 0,40 sello republicano) para un porte sencillo según la tarifa vigente en la zona nacional. Tasa de 10 céntimos de franco suizo
José Antonio Herraiz, Académico electo de la Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal y académico correspondiente de la Académie de Philatélie (Francia), es sin duda alguna, uno de los mayores expertos en tarifas postales. A partir de estos datos históricos y postales, dentro del ciclo de Conferencias de SOFIMA, el pasado 3 de marzo, desarrolló un minucioso estudio sobre la tasación sufrida por la correspondencia al extranjero remitida desde la zona ocupada por el ejército sublevado, teniendo en cuenta que esta zona fue ampliándose desde el inicio de la contienda en julio de 1936 hasta la ocupación total del territorio nacional en abril de 1939.
Carta de Sevilla a Zurich (Suiza) circulada el 8 de julio de 1937. Franqueo de 50 céntimos de peseta (2 x 0,25) para un porte sencillo según la tarifa de la zona nacional. Sobretasa obligatoria «Pro-Sevilla» de 5 céntimos sin poder de franqueo. Tasada por el correo suizo tomando por error la sobretasa como una parte del franqueo.
La última tarifa en vigor antes del inicio de la contienda corresponde a la establecida el 27 de diciembre de 1934, en vigor desde el 1 de enero de 1935
Desde noviembre de 1936, la correspondencia ordinaria al extranjero procedente de la zona nacional salía de España por Hendaya y el correo republicano lo hacía por la localidad de Cerbere, ambas poblaciones fronterizas con Francia.
En el estudio de estas cartas también hay que tener en cuenta que los sellos emitidos por el gobierno de la república fueron validos en la zona nacional hasta final de julio de 1937, por otra parte, a pesar de no ser un Estado reconocido por la mayoría de la comunidad internacional, los sellos de la zona nacional fueron aceptados en todos los países lo que permitió que unos y otros fueran utilizados indistintamente e incluso de forma conjunta.
Carta de Puerto de la Luz (Gran Canaria, zona nacional desde julio de 1936) a Ámsterdam (Países Bajos) circulada el 28 de octubre de 1937. Franqueo de 50 céntimos de peseta (2 x 0,25) para un porte sencillo según la tarifa de la zona nacional. Tasada con 5 céntimos de florín.
El decreto de 27 de febrero de 1937 (publicado en la gaceta de la Republica de 2 de marzo) establece lo que de hecho supone el reconocimiento de una devaluación de la peseta y la correspondiente actualización de las tarifas a la nueva paridad franco-oro.
Esta nueva tarifa aplicada en la zona bajo el control del gobierno de la república inicialmente no fue utilizada en la zona nacional lo que ocasionó como consecuencia la tasación del correo en base a las normas de la Unión Postal Universal.
Esto, además de suponer un problema para el correo, generó una airada reacción por parte de los dirigentes de la zona nacional que vieron en la aplicación de esta nueva tarifa un boicot por parte de las autoridades francesas, a las que llegaron a acusar de devolver las cartas a la zona republicana para su inspección. Verdadero o falso ante la incertidumbre que la noticia pudo crear la solución por parte de los remitentes fue adoptar la nueva tarifa evitando la tasación de la correspondencia.
Carta de Melilla, (zona nacional desde julio de 1936) a Casablanca (Marruecos francés) circulada el 1 de enero de 1939. Franqueo de 50 céntimos de peseta (2 x 0,25), tarifa de la zona nacional para una carta sencilla y sobretasa «pro tuberculosos» de 10 céntimos sin poder de franqueo, obligatoria únicamente para la correspondencia interior. Tasada con 1,85 francos marroquís en lugar de 2,10 al computar la sobretasa como parte del franqueo
El deterioro progresivo de la situación provocó una segunda y más fuerte devaluación de la peseta en abril de 1938.Esta segunda devaluación tuvo su reflejo en la tarifa postal lo que reprodujo el problema y provocó de nuevo la tasación de la correspondencia remitida desde zona nacional.
Tras largas negociaciones, Francia y Gran Bretaña reconocieron finalmente al gobierno de la España nacional el 27 de febrero de 1939. La Segunda República se hundió días después, a consecuencia de un golpe de Estado. La mayoría de países reconocieron también al nuevo gobierno y aceptaron sus tarifas para la correspondencia. La guerra terminó el 1 de abril siguiente.
Todo este desarrollo histórico ha sido presentado de una forma minuciosa, pero a la vez muy clara, apoyándose en numerosos ejemplos que ha ido analizando detalladamente, en una conferencia que ha sido seguida con gran interés por parte de un nutrido grupo de coleccionistas y público en general que han despedido a José Antonio Herraiz con un caluroso aplauso.
Presentación maravillosa que nos aclara un aspecto poco conocido del franqueo de la correspondencia de la España franquista y la republicana al extranjero.
Felicidades.
Yo personalmente soy coleccionista de marcas de censura
No soy aficionado a las nuevas tecnologias, pero hoy por accidente he visto esta conferencia magistral e ilustrativa, no me queda sino admirar y felicitar al conferenciante, me he unido a los aplausos y esta conferencia me da motivos más que suficientes para disfrutarla más de una sola vez.
es una verdadera lección de historia postal de una de las partes de la Guerra Civil
fecicidades