Dentro del ciclo monográfico de las Conferencias de SOFIMA dedicado a la Guerra Civil Española, el pasado domingo 29 de septiembre José Manuel Rodríguez Gutiérrez, Presidente de SOFIMA, Académico de Número de la Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal y de la Academia Europea de Filatelia, presentó una interesante conferencia dedicada a “Las Singularidades del Correo durante la Campaña”

Carta de Salamanca a Ávila el 29 de diciembre de 1939 con una viñeta de 10 cts. que fue aceptada como sustitución del sello de sobretasa obligatoria de 10 cts. de Pro Tuberculosos.

No se podía exigir rigor. En tiempos de guerra el correo era una herramienta de primera necesidad. No había ninguna alternativa que pudiera poner en comunicación a grupos numerosos de población y el correo siguió funcionando a lo largo de toda la contienda, sorteando las dificultades, aplicando la legislación cuando se podía o interpretándola de forma que se garantizase el servicio más allá de la letra de la norma.

Tarjeta circulada en el interior de Valencia el 4 de agosto de 1942 desde la Prisión Celular de Valencia, con censura de la misma.
Viñeta del Patronato Central para la Redención de Penas por el Trabajo

Ilustrando cada caso con piezas de su propia colección, José Manuel Rodriguez ha ido desgranando distintas singularidades en las que los funcionarios de correos tuvieron que bordear las instrucciones para llevar a cabo su cometido. Así, por ejemplo, ha mostrado como la administración del correo admitió viñetas como la destinada al Sanatorio antituberculoso para funcionarios públicos para sustituir la sobretasa obligatoria de Pro Tuberculosos o como se aceptaron como “franquicias” marcas postales de la División anarquista Luis Jubert o del Batallón de Villafranca.

Carta remitida de Madrid a Valencia
Matasellos de salida el día 27 de marzo a las 4 de la tarde

El servicio del correo nunca dejó de funcionar como lo demuestra una curiosa pieza dirigida de Madrid a Valencia con matasellos de salida el día 27 de marzo a las 4 de la tarde mientras, a la 1 del mediodía se estaba negociando en Madrid la rendición de la ciudad.

Distintas marcas de censura, cartas publicitarias con mensajes en favor de uno y otro bando; el correo no era solo un vehículo de comunicación también era una forma de propaganda y de demostrar, por parte del remitente, su afinidad política y su lealtad al bando al que pertenecía.

La ausencia de efectos postales o de pólizas también propició la utilización indistinta de unos y otros en función de las existencias; una forma más de cubrir las necesidades y de hacer una interpretación de la legislación vigente con los medios que la contienda dejó al alcance de los ciudadanos.

El correo de campaña o el envío de paquetes a los soldados destinados en los distintos frentes de batalla fue otra de las labores realizadas por el servicio de correos durante la contienda.
Las tarjetas postales remitidas desde los campos de concentración y desde los centros de internamiento no son solo documentos filatélicos de un enorme interés, son también el recuerdo imborrable del dolor y del sufrimiento humano que han llegado hasta nosotros y que forman también parte del correo en tiempo de guerra.

Frente postal para paquetes

Estos fueron algunos de las singularidades del correo durante la campaña que Jose Manuel Rodriguez fue presentando, como siempre, de una manera amena y didáctica apoyándose en la belleza de las piezas mostradas y en su enorme conocimiento de las condiciones que confluyeron en una época tan triste de la historia de España como interesante desde el punto de vista del funcionamiento del servicio postal.

Aquí puedes acceder a los contenidos de la conferencia

Singularidades del Correo durante la Campaña (PDF)