Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
Dentro de un año, cuando llegue el 23 de febrero de 2022, deberíamos estar de celebración. Puede que la situación ya sea mucho mejor que la que hoy tenemos, y ya se nos permitan hacer según qué cosas, pero el Centenario de la incorporación del vocablo “Filatelia” al Diccionario de la RAE, debería celebrarse por todo lo alto, al menos por parte de los filatelistas.
Conocido es por todos que llegar a adoptar en todo el mundo el término “Filatelia” para definir nuestra pasión por el coleccionismo de sellos y lo que ello conlleva, no fue una tarea fácil, ni asunto de un solo día. El sello surgió como pago previo de la correspondencia y con ello nacía una afición, que lo hizo sin nombre, y que durante bastantes años, se la denomino de muchas formas distintas: timbrología, timbrofilia, filotelia, etc., incluso “timbromanía”, aunque mezclar pasión y manía, no hubiese llevado a ninguna parte.
Corría el año 1864, ya se habían puesto en circulación numerosos sellos en todo el mundo, se habían publicado incluso muchos manuales y trabajos sobre este coleccionismo, existía también el comercio de sellos y a la vez los intercambios entres coleccionistas, pero aún no existía un vocablo, una palabra que uniese bajo un mismo nombre toda esta frenética actividad de mediados del Siglo XIX, en torno a los sellos de correos.
Detalle de la Revista “El Collectionneur de Timbres-Postes”, Nº 5 de noviembre de 1864, y primer texto de la historia en el que aparece el término “Philatelie”.
George Herpin. Francés a quién se le debe el acuñar el término “Philatelie”
Y entre discrepancias lógicas de cómo llamar definitivamente esta nueva y creciente modalidad de coleccionismo, el 15 de noviembre de 1864, la revista francesa “Le collectionneur de timbre-postes” (Nº 5), editada en París por Arthur Maury (fue uno de los más importantes comerciantes filatélicos de la capital francesa), publica un artículo que firma George Herpin (hay autores que apuntan que su nombre fue M.C. Herpin, o también Gustave Herpin) y donde aparece por primera vez, y después de 24 años de que el primer sello viese la luz, el vocablo “Philatelie”
Es significativo que en Francia, país donde se originó o surgió la palabra “Filatelia”, durante mucho tiempo han estado empleando el término “Timbrologie” para nombrar al coleccionismo de sellos, aunque hoy en día raro sería encontrar un solo rincón de este planeta en la que no se nos conozca como filatelistas.
Arthur Maury, editor de la revista francesa que publicó por primera vez el término “Filatelia”
«El Filatelista» (1929) Cuadro del pintor Françoise Barraud
Pero la efeméride que hoy nos trae aquí es otra. Mejor dicho, la efeméride llegará en menos de un año y algo habrá que hacer para que no se nos olvide que hace 100 años la Real Academia Española de la Lengua, adoptó el término “Filatelia” como valido, dándole la pobre definición de (sic) “Coleccionismo y estudio de sellos de correos por afición”, o esta otra de “Tienda dedicada a la compraventa de sellos de algún valor y otros artículos de filatelia”.
Y no quiere decir que hasta entonces en España no se usará este novedoso término para definir un novedoso coleccionismo. El gran defensor de nuestra común afición, D. Mariano Pardo de Figueroa, más conocido como Dr. Thebussem, en los muchos escritos sobre los sellos, las normativas y su coleccionismo que publicó a finales del Siglo XIX, era habitual adaptar el término creado en Francia al castellano, y así conocemos por ejemplo su trabajo titulado “La Philatelia en España” (1899).
Detalle de la publicación en 1899 del Dr. Thebussem donde adapta la nueva palabra al castellano
«Anverso de una medalla con la figura de Antonio Maura y Montaner
A D. Antonio Maura y Montaner (Palma de Mallorca 1853-Torrelodones 1925) se le debe el haber gestado, por fin, la oficialidad del término filatelia entre los hispanoparlantes, al proponer como Director de la Real Academia Española de la Lengua, su incorporación a nuestro diccionario. Este político español definía la filatelia como un arte, desconociendo si este hecho se debió a que llegó a practicarla como tal. Algo de relación con ella debió tener, o al menos con la numismática, si bien su hermano, D. Bartolomé Maura y Montaner, fue uno de los más notables grabadores con que contó la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, y grabador jefe del Banco de España.
100 años son años suficientes como para que desde el colectivo filatélico español (e incluso de toda la geografía hispanoparlante) hagamos lo que sabemos hacer para que este Centenario tenga su reconocimiento. De entrada a la Comisión Filatélica del Estado ya se le ha instado a que no dejen pasar la efeméride. ¿Tendrá sello la FILATELIA en el año 2022? Dentro de unos meses lo sabremos.