Marcelino González Fernández
Miembro de la Sociedad Filatélica de Madrid
Cuando alguien se pone a investigar sobre cualquier tema, tiene que estar preparado para encontrarse con información que no le dejará indiferente. Será una información que puede estar relacionada con lo que está investigando, o puede que no tenga nada que ver. Puede ocurrir que sea una información que aparezca por casualidad al buscar en Google, o al abrir un libro o una revista por una determinada página, o por cualquier otra circunstancia.
Eso fue lo que me pasó hace unos días navegando por Internet -, que es el ámbito al que limito mis navegaciones, desde que hace años me llegó el retiro en la Armada -, cuando a través de Google estaba investigando todo lo relacionado con Amadeo de Saboya, que en el presente año se conmemora el 150º aniversario de su subida al trono de España. Sin saber muy bien cómo, me encontré con una noticia que decía que, en el año 1911, un periódico de alta circulación en Nueva York, había publicado el siguiente anuncio:
«Un coleccionista de sellos de correos que posee 12.544 ejemplares diferentes, desea contraer matrimonio con una joven coleccionista que tenga el sello de las Islas Mauricio azul de 1847; no exige otro requisito».
Sello azul de 2 peniques de Isla Mauricio
El sello en cuestión al que se refería el anunciante, era e1 2 peniques azul oscuro de la Isla Mauricio, que en aquel momento costaba unos 20.000 dólares, que para la época era una cantidad más que apreciable.
Resulta que, a partir de la aparición del primer sello en Gran Bretaña en 1840, las colonias del Reino Unido empezaron a emitir sus propios sellos para regularizar su correo. Y esto fue lo que ocurrió en 1847 en la colonia británica de Isla Mauricio, una pequeña isla situada a 900 kilómetros a levante de Madagascar, en pleno Océano Índico.
Hasta entonces, en la isla la correspondencia había sido tan escasa, que no había sido necesario contar con sellos de correos propios. Pero surgió la necesidad de efectuar un gran envío de cartas que iban a ser remitidas por Elizabeth Ann Kerr, esposa del gobernador británico en la colonia de Mauricio, William Maynard Gomm, y por ello conocida como Lady Gomm. La buena de la señora había organizado un gran baile de sociedad, y quiso invitar por carta a una gran cantidad de gente, entre la que había muchas personalidades de otros países.
Pareja de sellos de Mauricio, emitidos el 21 de septiembre de 1847
Y como Isla Mauricio no contaba con sellos de correos, hubo que crearlos para la ocasión. En consecuencia, la oficina postal de la isla encargó el diseño de dichos sellos a Joseph Osmond Barnard, ilustrador y pintor que residía en Port Louis, capital de Mauricio, experto en efectuar grabados en miniatura. Los sellos que surgieron de dicha iniciativa fueron puestos en circulación el 21 de septiembre de 1847.
Se trata de dos sellos que solo se diferencian en el facial y el color. Uno es marrón anaranjado con un facial de 1 centavo, y el otro es azul marino con facial de 2 centavos. En el centro muestran una silueta de perfil de la Reina Victoria; en la parte alta la leyenda “Postage”; a la derecha la leyenda ‘Mauritius’; en la parte baja el facial “One penny” o “Two pence” respectivamente; y en la parte izquierda la leyenda “Post Office”.
Pero esta primera serie salió con un error cometido por el grabador, ya que, en la parte izquierda, en lugar de “Post Office” debía de haber aparecido “Post Paid”, que venía a significar algo como “Correo Pagado” o “Franqueo Pagado”. Y con dicho error fueron emitidos 500 ejemplares de cada sello, que permanecieron en circulación hasta que las autoridades se dieron cuenta del error y fueron retirados. Y el error fue subsanado en posteriores emisiones.
Sobre con dos sellos de 1 penique
Muchos de aquellos sellos de la primera emisión fueron utilizados en las cartas remitidas con las invitaciones al baile organizado por Lady Gomm. Un acontecimiento que tuvo lugar el 30 de septiembre de 1847, y que, según las crónicas de la época, pasó a la historia por ser uno de los bailes de sociedad más esplendorosos de la época, motivo por el que fue recordado en otras emisiones de sellos de Mauricio.
Sellos de Mauricio, conmemorativos del baile de 1847
Hoy, los sellos con dicho error son muy buscados por los coleccionistas. Según informaciones de la prensa, solo se conoce la existencia de 25 o 26 ejemplares, de los que cada uno alcanza un valor de más de 1 millón de euros. Parece que sin usar solo queda uno de 1 penique y dos de 2 peniques. Y se sabe que un sobre con los dos sellos, fue vendido en 1993 por 3,8 millones de dólares, que no está nada mal.
Una vez conocida esta historia, puede que comprendamos un poco mejor – solo un poco – al joven coleccionista que deseaba contraer matrimonio a cambio del azul de 2 peniques. Fue un claro ejemplo de amor por la filatelia, o de filatelia por amor.
La carta que reproduce Marcelino (la llamada carta de Bombay) estuvo expuesta en la exposición «Praga 2018» (seguro que alguno la visteis) y se reprodujo en una hoja bloque emitida por la Rep. Checa con motivo de la exposición. Tiene una curiosa historia, pero no tiene nada que ver con Mrs. Kerr.