Por Juan E. Page
Miembro de la Sociedad Filatélica de Madrid (SOFIMA)
Se llama prefilatelia a la época anterior al uso del sello de correos. Entonces sólo había marcas que se imprimían en los sobrescritos y por tanto no es posible coleccionar prefilatelia “en nuevo”.
Pues bien, en la actualidad el coleccionista se enfrenta a una situación similar, en la que el correo se franquea mediante impresiones, realizadas sobre la carta por los empleados de correos o, en otras ocasiones, mediante etiquetas adhesivas que el usuario no compra, sino que están preparadas y adheridas en la propia estafeta. Se tiene así otra vez un material que no se puede coleccionar “en nuevo” y por tanto me parece adecuado denominarlo “postfilatelia”.
Reproduzco algunos ejemplos. El primero es una carta circulada desde Italia a España el 13.II.2021 y con franqueo de 1,15€ a máquina en azul. Obsérvese la presencia del código QR.
El segundo es otra carta circulada desde Lituania a España el 31.VIII.2020. En este caso la marca es de pago en efectivo y, como carece de fecha, se ha de añadir el fechador correspondiente. Con este tipo de franqueo es imposible saber cuál ha sido la tarifa, lo que implica un claro riesgo para el servicio postal.
La tercera carta procede de la República Checa y circuló a España el 23.XII.2020. En este caso el franqueo es con una etiqueta, para certificado, de la oficina postal, en la que figuran fecha y tarifa (98Kč).
Añado por último un sobre procedente de los EEUU franqueado con una etiqueta de 0,20$, que incorpora un código de barras, y complementado con 1$ en sellos. Podríamos llamarle franqueo mixto filatélico-postfilatélico.
Por supuesto hay mucho más material de este tipo, con lo que tenemos una curiosa temática para quien no quiera gastar mucho dinero.
Interesantes reflexiones, Juan Enrique.
Se me ocurre otra a mi:
Crees que se podría decir que los precursores de la postfilatelia podrían ser las etiquetas de códigos de barra que vienen usando desde los años 80 del pasado siglo las agencias de transportes ? En ellas tampoco está el importe pero si el origen, destino, servicio y muchas veces el seguimiento ontrscking.
No en balde el código QR lo inventó UPS.
Sin duda la automatización en la clasificación, procesado y distribución, tanto de paquetería como de contenedores o vagones de tren, es muy anterior a esto de la postfilatelia. En el correo se empezó con el código postal y se ha terminado con los QR, aunque bastante tarde ¿Porqué? Se me ocurren al menos un par de razones: hay muchas estafetas y es costoso dotarlas a todas de los elementos necesarios y además los ingresos por venta de sellos para coleccionistas, a veces sustancioso, se pierden. Pero, para desgracia de los coleccionistas, estos métodos modernos informatizados se van a imponer. ¡Pues habrá que coleccionar códigos QR en carta!