Los valores cívicos son el conjunto de conductas que se consideran positivas para el desarrollo de la sociedad.
Los valores cívicos deben ser transmitidos a través de las generaciones para que el desarrollo de la sociedad sea continuo, positivo y para que no se pierdan u olviden en el tiempo.
En esta línea, un año más, Correos emite dos sellos dentro de la serie Valores Cívicos, en esta ocasión dedicados al Deporte Inclusivo y a la Erradicación de la Pobreza Infantil.
Deporte Inclusivo
El deporte inclusivo fomenta la práctica deportiva de personas con discapacidad como herramienta para su integración social.
Además de ser una actividad beneficiosa para la salud, ayuda a equilibrar las diferencias entre personas, permitiendo la inclusión total en distintos entornos sociales.
También, estimula la práctica conjunta de personas con o sin discapacidad, ajustándose a las posibilidades de quienes los practican. El objetivo de la especialidad deportiva que se lleva a cabo se mantiene adaptando las reglas y materiales con el fin de fomentar la implicación de todos los participantes.
Más allá de lo meramente deportivo, el deporte inclusivo aporta numerosos beneficios a nivel de sensibilización, conocimiento y respeto a la diferencia.
Las personas tienen capacidades diferentes y todas ellas suman. En cualquier equipo deportivo, los jugadores, aportan sus diferentes aptitudes y actitudes al juego y de eso trata el deporte inclusivo.
El sello, dentro de la serie Valores Cívicos, recoge una ilustración donde se pueden ver personas con distintas capacidades, practicando deportes como el baloncesto, el tenis o el tiro con arco.
El sello, lleno de color, refleja a la perfección cómo el deporte inclusivo aboga por impulsar un cambio en la sociedad en la que la discapacidad forme parte de la pluralidad de capacidades.
El objetivo de la inclusión es evitar la segregación sin olvidar las necesidades individuales de cada uno.
Hay que facilitar e impulsar la práctica de la actividad física y deportiva entre las personas con discapacidad, estableciendo estrategias, medidas, programas y proyectos que minimicen las dificultades de acceso a la práctica de las mismas, adaptándolas de manera que estimulen su inclusión en su entorno social de referencia.
Todo ello busca la igualdad de oportunidades y, también, la sensibilización de la sociedad.
Erradicación de la Pobreza Infantil
Un dibujo de dos chicos donde el único rasgo de su cara es una sonrisa, protagoniza un sello que tiene mucho que decir. Esa sonrisa es el objetivo de la lucha contra la pobreza infantil. Ningún niño debería carecer de sonrisa, y, sobre todo, a ningún niño debería faltarle techo, comida y educación.
En el sello también aparece el logotipo del Alto Comisionado Contra la Pobreza Infantil.
Todos los niños y jóvenes deben tener acceso a las mismas oportunidades de futuro, sin que se tenga en cuenta su lugar o entorno de nacimiento.
La tasa de riesgo de pobreza y exclusión afecta a un 28,3 % de los niños y niñas en España, es decir, a 2,2 millones. Esta tendencia, si no se frena, afectará de forma muy negativa a las futuras generaciones.
Según los cálculos estimados, la tasa de pobreza en el año 2030 será del 26,5 %, un porcentaje que continúa siendo inaceptable. Más de una cuarta parte de los niños y las niñas en España seguirán creciendo en un entorno de pobreza en la próxima década. La mayoría de estos niños heredan esta situación de sus padres, y ellos, si no se actúa para evitarlo, la legarán a sus hijos.
Para romper este círculo de pobreza infantil es necesario cambiar la percepción, las estructuras y las políticas que afectan a la infancia en pobreza en España. Las instituciones deben velar para que todos los niños crezcan en un ambiente sano y que le proteja ante las desigualdades.
También, la sociedad debe fomentar el empoderamiento de los niños y jóvenes por igual, para que todos ellos puedan llegar a ser y conseguir lo que se propongan, sin diferencias y sin complejos de origen.
Es importante destacar las graves consecuencias de esta situación de pobreza: dificultad en el aprendizaje, paralización del desarrollo, malnutrición, problemas graves de salud, recesión del crecimiento económico, exclusión social, incremento de la desigualdad o falta de oportunidades.