Desde las primeras décadas del siglo XVIII con la aparición de la Gran Peste de Marsella en 1720 hasta las manifestaciones de los primeros brotes de la “Gripe Española” de 1918 fueron numerosas las pandemias que afectaron a España y en concreto a la zona del mediterráneo español.
Con el título “Correo desinfectado en el Mediterráneo español (1721-1918)” Juan A. Llácer Gracia ha explicado las principales epidemias que afectaron tanto a la normativa de circulación del correo interior español como al dirigido o procedentes del extranjero, ya fuera por vía terrestre como marítima.
Juan Antonio Llacer es Académico Electo de la Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal. Socio de la Sociedad Valenciana de Filatelia (SOVAFIL), SOFIMA, AFINET y de la Asociación Filatélica y Numismática Alicantina (AFNA), ha obtenido medallas de oro, oro grande y clase maestra en exposiciones nacionales e internacionales con su colección “Las Marcas del Reino de Valencia 1566-1875”.
Jurado Nacional de Historia Postal en la 54º EXFILNA de Zaragoza (2016), fue presidente de la Comisión de Historia Postal de FESOFI en el periodo 2014/2020. Actualmente y desde 2014 es monitor y asesor de filatelia juvenil.
Coautor y coordinador de diversas publicaciones, es conferencias en SOVAFIL, en el instituto francés de Valencia y en las conferencias online de AFINET
Epidemia Fiebre Amarilla de 1800-1801
Alicante. 14 marzo. Dirigida a Herrnhut (Sajonia)
Ruta: Alicante-Barcelona-La Junquera-Perpignan-París-Metzz-Frankfurt-Dresde-Herrnhut
Manuscrito en rojo porte total a pagar en Sajonia: 19 ½ Gute Groschen
Dos cortes de desinfección de 38 mm aplicados en Alicante y sumergida en vinagre.
En el Siglo XVII la “Teoría Miasmática” elaborada por Thomas Sydenham se basaba en el carácter químico portador del contagio, los llamados “Miasmas”: «Emanaciones que provenían de sustancias orgánicas y que, al esparcirse, podían adherirse a ciertos cuerpos y ejercer una influencia perniciosa» o de las «Emanaciones que provenían de ciertas enfermedades contagiosas“.
La creencia en que algunas enfermedades infecciosas se transmitían por el aire originó que con el tiempo se tomaran medidas sanitarias para evitar las epidemias; aislamiento de zonas infectadas, desinfecciones, purificaciones y fumigaciones de cargas y transportes, implantación de cuarentenas, creación de Lazaretos o el establecimiento de cordones sanitarios.
Alicates o “Rastel” del Siglo XIX
(Museo de Historia de Marsella)
La práctica de desinfectar las cartas en los Lazaretos de los puertos, ciudades y oficinas fronterizas, lo que se denomina como “Profilaxis epidémica postal”, fue muy utilizada por el correo civil y militar sobre toda la correspondencia interior, en tránsito, dirigida o procedente del extranjero, en la creencia que las enfermedades se propagaban también a través del papel, lo que originó que este fuese un objeto “sospechoso” de infección por naturaleza.
Tradicionalmente el papel se consideraba capaz de transmitir plagas u otras infecciones pues al estar elaborado con telas, hilos, tipos muy sensible de lana o pieles, se estimó «susceptible» de transmitir graves enfermedades.
Guerra de la Independencia 1808-1814
20 febrero. Alfafar. Dirigida a París. Marca “Nº3 / BAU PRINCIPAL/ ARM D’ESPAGNE” y porteo “10” décimas de franco para cartas de menos de 6 gramos y una distancia de 800-1000 km. Un corte de desinfección y sumergida en vinagre
Juan Antonio Llacer ha analizado la legislación sanitaria de la época tras la creación,bajo el reinado de Felipe V de la “Junta Suprema de Sanidad” en 1720, el “Real Consejo de Sanidad” en 1847, las “Juntas de Sanidad Local”, el “Reglamento General del Servicio Sanitario” en 1860 y la creación de los diferentes tipos de lazaretos construidos en nuestro país.
Los Lazaretos realizaron un conjunto de medidas encaminadas a prevenir la extensión de los contagios a través de la comunicación postal en periodos de epidemias y pandemias, que eran llevadas a cabo por personal especializado en estos Lazaretos aunque también se realizó por funcionarios de los Servicios de Correos en lugares determinados por la Administración Postal.
Fueron muy diversos los métodos de desinfección del correo. La «purificación” o “desinfección” del papel se realizaba perforando una o varias veces los objetos de papel (cartas, patentes de sanidad, impresos, periódicos, circulares, certificaciones, cuadernos, libros, etc.), para posteriormente sumergirlos en una solución de vinagre. Las cartas y demás objetos debían secarse al fuego para considerarlos libres de contagio y poder circularlos.
Epidemia de Fiebre Amarilla 1821
Alicante. 22 agosto. Consulado de Francia en Alicante. Dirigida al Intendente de Sanidad de Marsella. Marca “SE / FRANQUEO EN / ALICANTE” en rojo. Circulada con franqueo previo desde Valencia con “22” cuartos a la salida. Manuscrito “11” gramos y “28” décimas de franco en anverso
Sumergida en vinagre. Primer mes tras la declaración de la epidemia.
En toda Europa y sobre todo en Francia fueron muy diversos las sustancias y dispositivos utilizados: el vinagre y los cortes de desinfección (más frecuente a partir de 1784). El ácido clorhídrico y la formalina (disolución formaldehido + agua en concentración del 37% al 50%), así como los vapores por combustión de azufre, cloro o formol (fumigaciones), el calor, las plantas aromáticas (exposición en dispositivos especiales llamados «cámaras de perfume“) o la “Desinfección a la llama” son algunos de los métodos utilizados en la desinfección.
Finalmente, Juan Antonio Llacer ha mostrado algunos ejemplos de sobrescritos y cartas desinfectadas circuladas por el mediterráneo español y europeo durante algunas de las más importantes pandemias de la época: desde la Gran Peste de Marsella de 1720-1722, la peste amarilla y sus diferentes brotes entre 1800 y 1821, las primeras epidemias de cólera en España entre 1827 y 1865, para terminar con la legislación sobre la desinfección del correo durante la “Gripe Española” de 1918.
Aquí puedes acceder a los contenidos de la conferencia
Correo desinfectado en el Mediterráneo Español (1721-1918) (PDF)