Las normas SREV de la FIP para enteros postales definen el concepto de entero postal de una forma muy estricta: “Los enteros postales comprenden material postal que o bien porta un sello impreso oficialmente autorizado o un emblema o inscripción indicando que un valor facial específico de un servicio postal o análogo ha sido previamente pagado”.
Esta definición deja fuera un buen número de documentos. Así lo ha constatado recientemente la Federación Interamericana de Filatelia (FIAF), solicitando cambios sustanciales en dichas normas: “Recientemente un crecido número de Administraciones Postales han introducido enteros postales en los que mientras son vendidos al público a un precio especificado, solamente indican que un servicio determinado/tarifa postal ha sido previamente pagado sin que se especifique ninguna indicación de valor “sin valor especificado” (NVI). Tal material podría ser evidentemente incluido en colecciones y participaciones de Enteros Postales”.
Tarjeta de la segunda emisión de 1974 No tenía sello impreso, pero si precio de venta |
La posición respecto a los objetos similares o idénticos en formatos a enteros postales normales pero que no llevan ya un sello impreso, o una indicación de valor o de servicio queda sujeta a debate, y en el momento presente participaciones comprendiendo únicamente tales objetos sin franqueo están probablemente mejor presentados fuera de competición en las Exposiciones Internacionales de la FIP:
Durante el llamado Periodo Especial (1990-1995), Cuba emitió un buen número de “enteros” de difícil clasificación como tales a efectos de exposición. Si a ello se une la peculiar forma de tratar el transporte del correo en Cuba, se genera una situación que constituye un auténtico reto para el coleccionista.
Con el título “La controversia de los enteros postales cubanos del período especial” Juan Enrique Page de la Vega nos ha hablado de este tema y ha intentado poner algo de orden en la situación.
Juan Enrique Page es Coleccionista de Checoslovaquia, especializado en la provincia de Cárpato Ucrania. También colecciona la intervención extranjera en la Guerra Civil (italianos y brigadistas), enteros de Cuba, la temática Che Guevara, la conquista del espacio y cosas menores como la Revolución China, las estafetas de campaña de los EE. UU. en España etc. Coleccionista desde los seis años. Su primera exposición fue en 1980. Medalla de oro en la HUNFILA 2019 de Budapest por su colección “Carpatho-Ukraine 1944-1946” y oro en la Exposición Filatélica Nacional de 2019.
Tarjeta de la emisión de 1975 con sello impreso y precio de venta |
Como en otras partes del mundo, es tradición en Cuba enviar una felicitación el día de la Madre que se celebra el segundo domingo de mayo. Originalmente, esta felicitación se realizaba a través de un telegrama, pero la enorme cantidad de felicitaciones que debían entregarse el mismo día, si tenemos en cuenta además que era domingo, acabó por colapsar el sistema.
Para solucionar este problema se introdujo la tarjeta postal con un sistema especial de procesado y entrega.
El sistema consistía en disponer cajas para distintos destinos. El remitente depositaba la tarjeta, con algún día de antelación en la caja más adecuada. Las cajas eran trasportadas al lugar correspondientes donde los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) hacían el reparto. Las tarjetas no se matasellaban, salvo en casos muy excepcionales.
“CON FRANQUEO PAGADO” Emisión de Camagüey de 1994 Cartón de bagazo de caña de azúcar |
La primera emisión se hizo, a título de ensayo, en 1972. La tarjeta no tenía sello impreso ni precio de venta, lo que, según el reglamento de la FIP, las inhabilita como enteros postales.
La segunda emisión, realizada en 1974, no tenía sello impreso, pero si precio de venta. Finalmente, la emisión de 1975 ya cuenta con todas las características del reglamento FIP al contar con un sello impreso y precio de venta.
Ese tipo de tarjetas se imprimieron en Cuba hasta 1978 y desde entonces se realizaron en la extinta Unión Soviética. Pero el 11 de marzo de 1990 comenzó el proceso de disolución de la URSS, que culminaría el 25 de diciembre de 1991.
Cuba dependía en gran medida de la importación de materias primas de la Unión Soviética, pero ahora se veía obligada a pagar en divisas de las que carecía. Se inicia así un periodo en el que había que resolver el problema de la producción de enteros postales, sobre todo los de “El día de la Madre”, con medios propios. De esta forma, comienza este “periodo especial” que duraría hasta 1995.
Emisión de 1994 realizada en cartón grueso de baja calidad Sin indicación del precio de venta, pero con el texto “NO NECESITA FRANQUEO NACIONAL” |
El Ministerio de Comunicaciones autorizó la emisión de tarjetas de felicitación a todas las localidades, utilizando para ello los materiales y los medios disponibles en cada una de ellas.
Nadie sabe ni qué localidades decidieron hacerlas, ni cuantas se hicieron ni, a veces, de dónde procede una emisión en particular o su precio de venta.
Si se une a ello que las tarjetas, en general, no se matasellaban, incluso circulaban por conductos externos al correo oficial y, ocasionalmente, se entregaban directamente sin escribir una dirección de destino: ¡El caos filatélico está garantizado!
Sobre-Carta sin precio de venta, ni indicación de prepago, ni sello
Juan Enrique Page ha mostrado diversos ejemplos de estos enteros postales, desde el periodo inicial, entre 1972 hasta 1990, como tarjetas del “periodo especial”. Ejemplares tanto nuevos como circulados con los que se ha podido apreciar la dificultad de su catalogación.
Treinta años después se sigue trabajando en el esclarecimiento de estas emisiones y sus peculiares características provocan infinidad de conflictos en las exposiciones.
Aquí puedes acceder a los contenidos de la conferencia
La controversia de los enteros postales cubanos del período especial (PDF)
Un pensamiento en “La controversia de los enteros postales cubanos del período especial”