Por Raimundo Almeda
Miembro de la Sociedad Filatélica de Madrid
Vestigios arqueológicos prehistóricos y romanos, nos informan de asentamientos humanos en los carabancheles.
La primera referencia escrita de estas poblaciones data de 1181 y es un contrato por el que los hermanos Pedro y María Manrique de Lara ceden la propiedad de la villa de Carabanchel a Gonzalo Díaz, habitantes incluidos. A partir de esta fecha se conocen cientos de referencias escritas de los carabancheles. Detengámonos en una particularmente interesante que data de 1478, cuando Fernando el Católico nombra al Concejo de Carabanchel Bajo depositarios del arte de la cetrería, residiendo en esta población a partir de entonces los halconeros reales.
Figura 1. Envuelta de la figura 1, con fechador de Madrid de 2 de febrero 1867
Otra referencia muy significativa es el catastro del marqués de la Ensenada de 1750, donde se describían estas villas como realengos.
Figura 2: Marca comercial
Mucho después, en 1891, Ildefonso González Valencia, maestro de primera enseñanza, escribió las “Crónicas de Carabanchel Bajo”. En su obra describe las distintas zonas del pueblo y cómo había ido creciendo a lo largo del tiempo.
En ese año indica que la población de Carabanchel Bajo era de tres mil habitantes y que tenía una población flotante de otras tres mil personas. Poco a poco el pueblo había ido industrializándose con paso firme, de ahí su población flotante, que igualaba a la población censada.
Fábricas de jabones y perfumes, hubo muchas, entre las que se pueden citar la de los hermanos Muñoz Vargas, que en su propaganda se decían: “FÁBRICA DE JABONES, LOS MEJORES DE ESPAÑA”.
Figura 3: Anuncio en la Crónica de Carabanchel Bajo
Otro ejemplo era la Gran Fábrica de Jabón que se autodenominaba “Hijo de Julián Pérez”. Otra conocida como “Hijo sucesor de Diego Romero”, que además de fábrica de jabón se dedicaba a la comercialización de todo tipo de frutos coloniales y peninsulares.
Todas estas industrias que citamos tenían una solera establecida desde varias generaciones.
Figura 4: EDIFIL 88
Pero no eran sólo a los jabones a lo que se dedicaban en Carabanchel Bajo, también había fábricas de chocolate, embutidos y salazones, dulces, gaseosas, botones y curtidos. Proliferaban los grandes almacenes dedicados a la alimentación, los llamados ultramarinos, aceites, vinos, grano, aguardientes. Se asentó allí una de las más importantes fábricas de ladrillos y tejas. Con todo ello el tráfico de carros y caballerías aumentó, disparándose el establecimiento de las herrerías. Todo propiciado por el enorme crecimiento de la ciudad de Madrid y las necesidades de abastecimiento de ese monstruo insaciable, hacía posible que, dada la cercanía a la capital, los carabancheles fuesen lugares idóneos para el establecimiento de industrias y almacenes.
El 29 de abril de 1948 los términos municipales de Carabanchel Bajo y Carabanchel Alto se incorporaron a Madrid.
La envuelta de la figura 1, con fechador de Madrid de 2 de febrero 1867, aparentemente simple, tiene varias curiosidades.
Figura 5: Fechador (1), que parece un (2)
En primer lugar, está su remitente, Ángel de Yárritu en Carabanchel Bajo (Figura 2). Este señor pertenecía a una familia afincada en Carabanchel Bajo desde antiguo, propietaria de una fábrica de jabones, establecida desde 1839, según reza el anuncio aparecido en el periódico La Crónica de los Carabancheles, de 25 de agosto de 1898. (figura 3).
En segundo lugar, nos fijamos en el sello, muy corriente, el “4 cuartos” de 1867, EDIFIL número 88 (figura 4). Tiene una mancha azul sobre el cuello.
Por último, veamos el fechador de 7 de febrero de 1867, Está ampliado en la figura 5. El (1) de la Administración Central de Madrid, parece un (2), seguramente por malformación y utilización del cuño, pero no deja de ser singular.
Para conocer más:
SANCHEZ MOLLEDO, José María y DORADO MARTÍN, Sonia. Así era y así es Carabanchel. Ediciones La Librería. Madrid 2012.
GEA, María Isabel. Historia de los distritos de Madrid: Latina y Carabanchel. Ediciones La Librería. Madrid 2002.
SANCHEZ MOLLEDO, José María. Carabanchel, un distrito con historia. Ediciones La Librería. Madrid 2015.
Estupendo artículo, Rai.
Enhorabuena.
Un abrazo