Monte Santa Trega, desembocadura del Miño y costa marítima definen tanto A Guarda como territorio y como destino al sur de Pontevedra y en fronteriza con Portugal.
El Monte Santa Trega es un referente por sus valores patrimoniales, religiosos y paisajísticos. No podemos olvidar que este monte es un excelente mirador a la desembocadura del Miño, imagen que queda grabada en todo aquel que lo visita.
Antes de la visita al Museo Arqueológico, en la cima, se recomienda comenzar la visita al Castro de Santa Trega. Este castro se considera una citania por su extensión, supera las 20 hectáreas, y estuvo habitado por más de 4.000 personas lo que implica una importante urbanización del espacio. Actualmente está al descubierto menos del 20% del castro y la parte mejor conservada se localiza en la carretera de acceso a la cima.
A unos 500 metros del castro, se localiza la Casa Forestal, allí se puede estacionar el coche y comenzar la visita a pie al yacimiento arqueológico. Desde este aparcamiento se ofrece una panorámica completa de la zona excavada, siendo más sencillo entender la organización de las construcciones entorno a patios, las calles estrechas y la muralla.
Además, desde la casa forestal se puede contemplar el barrio de Mergelina, zona sur del castro recientemente excavado, y que parte una pequeña ruta circular que facilita conocer este yacimiento.
Desde la Casa Forestal se puede continuar el ascenso a pie y siguiendo el Vía Crucis se llega a la Capilla de Santa Trega. A pocos metros se localiza el Museo Arqueológico de Santa Trega (MASAT) que conserva los vestigios encontrados a lo largo las excavaciones como monedas o diversos objetos líticos y cerámicos. Está abierto de martes a domingo de 10.00 a 20.00 horas.
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Aquellos que les guste caminar disponen de la ruta PR-G 122 Camiños do Trega. Esta red de senderos enlazados y de dificultad baja permite disfrutar de las vistas y del patrimonio el Monte Santa Trega.
Por último, destacar un atardecer desde el Monte Santa Trega o cualquier punto de la costa, son de postal.
El sello recoge un primer plano de una de las construcciones del castro y de fondo las vistas que se pueden admirar desde el monte.