Por Eugenio de Quesada
De la Real Academia Española de Filatelia e Historia Postal
Vicepresidente de SOFIMA
El sello de Telégrafos de España más falsificado es el 10 pesetas violeta de Alfonso XIII, de la emisión de 1905. Cinco falsificaciones y un buen número de subtipos replicaron el efecto telegráfico grabado por el maestro Bartolomé Maura y estampado en calcografía en papel blanco, con dentado 14 de peine, por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT).
A diferencia del franqueo de la correspondencia postal, las elevadas tarifas de la correspondencia telegráfica requerían del uso de sellos de alto valor facial, como es el caso del 10 pesetas de Alfonso XIII de 1905.
De hecho, el uso de los valores altos de 4 y 10 pesetas de las emisiones postales de Alfonso XII de «Correos y Telégrafos» y de «Comunicaciones»(cuando se emitían los mismos sellos para el franqueo de cartas y la imposición de telegramas) es muy raro en cartas, pero sumamente frecuente en telegramas; hasta el punto de que los efectos usados lo son en buena parte inutilizados con taladro de Telégrafos.
Cuestión aparte es que las hojas de imposición de telegramas con los sellos adheridos y taladrados sean imposibles de encontrar en el reinado de Alfonso XII y muy difíciles en el de Alfonso XIII. De hecho, la inmensa mayoría de los que se conocen son fragmentos con sellos falsos detectados y enviados a la FNMT para su identificación).
La razón es doble. Por una parte, la obligatoriedad de velar por el secreto de la correspondencia telegráfica ya que, a diferencia de las cartas que se enviaban cerradas, la hoja de imposición del telegrama donde se adherían los sellos era entregada abierta para su transmisión por el sistema morse. De ahí la importancia de que los telegramas emitidos (no los recibidos), que eran los que llevaban los sellos adheridos, fuesen destruidos (por lo general incinerados): para preservar así el secreto de la correspondencia.
Y por otra parte, porque en algunos periodos los sellos no se adherían al telegrama, siendo entregados al funcionario de Telégrafos para que los taladrara. También existen sellos taladrados que se conservan en pliegos y en grandes bloques, aunque en este caso eran empleados para el pago de servicios telegráficos masivos.
O, como ocurría en Filipinas en el último cuarto del siglo XIX, los sellos eran adheridos y taladrados y/o obliterados en una segunda hoja de imposición, complementaria a la que incluía el texto del despacho telegráfico. De ahí que se destruyera la hoja con el contenido del telegrama, pero sobreviviera la segunda hoja de imposición con los sellos adheridos.
La serie a la que pertenece el sello de 10 pesetas violeta está formada por ocho valores de 5, 10, 15, 30 y 50 céntimos, y de 1, 4 y 10 pesetas.
El sello de Telégrafos cuenta con numeración al dorso, formada por una letra de mayor tamaño, con un punto, seguida de seis cifras, estampada en tinta azul.
El «Catálogo Gálvez» de 1960 menciona que, debido a la detección en Barcelona de una falsificación de este sello de Telégrafos, se emitió posteriormente el efecto telegráfico de 10 pesetas en color ocre amarillo.
También Pedro Monge lo referenció pero, hasta el momento, no se conoce ningún ejemplar, ni hay más referencias del mismo; aunque no es descartable que pueda aparecer en el futuro.
Del 10 pesetas violeta de 1905 conocemos 4 Tipos de Falsos de Época, usados entre 1905 y 1907.
1905. 30 de diciembre. Documento de pago de Dirección Telegráfica Abreviada (“Melboada”, acrónimo de su titular Melchor Boada) expendido por la Sección de la Línea Telegráfica de Barcelona, justificativo del pago de este servicio («Sr. Melchor Boada»), por importe de 40 pesetas, abonado mediante cuatro sellos falsos del 10 pesetas violeta, inutilizados con gomígrafo oval “FALSO / FÁBRICA NACIONAL DE MONEDA Y TIMBRE” estampado en azul y, en la parte inferior, marca oval “CUERPO DE TELÉGRAFOS / DIRECCIÓN DE SECCIÓN DE BARCELONA” en tinta roja.
Muchas gracias, Jacinto, por el mimo que pones en la edición de los pequeños artículos que te hacemos llegar para su publicación en la web de nuestra Sociedad,
Un fuerte abrazo,
Eugenio