Por Marcelino González Fernández
De la Sociedad Filatélica de Madrid
Sellos con protagonismo
De los muchos miles y miles de sellos de correos que han sido emitidos hasta la fecha, solo unos pocos han sido protagonistas o mudos testigos de grandes aventuras, intrigas y tragedias. Entre ellos, destaca uno de la serie emitida por Hawái, conocida como “Misioneros Hawaianos”, que a finales del siglo XIX se vio envuelto en una truculenta historia.
Hawái es hoy un estado de los Estados Unidos de Norteamérica, formado por 18 islas y atolones del archipiélago polinesio del mismo nombre, ubicado en medio del océano Pacífico. En otros tiempos, el archipiélago fue conocido como las Islas Sándwich. Su capital es Honolulu.
Misioneros americanos
En el año 1820, varios misioneros presbiterianos norteamericanos viajaron a las islas Sandwich para convertir a sus gentes al cristianismo. Tuvieron éxito en su labor misionera, y en solo 30 años, la antigua religión pagana quedó reducida a algunos viejos recuerdos. La presencia de los misioneros en el archipiélago creció con el tiempo, y junto con ellos aparecieron colonos y comerciantes.
Mapa del Pacífico con las islas Hawái en el centro
Hawái presentaba una magnífica posición en medio del Pacífico, para proporcionar agua, fruta, vegetales, carne y otros víveres a los barcos, tanto de los Estados Unidos como de otros países, que cada vez con más frecuencia transitaban por la zona, en su comercio y mercado con Asia. Y al mismo tiempo, era un buen lugar para efectuar las reparaciones que necesitasen dichos barcos.
La población fue en aumento y, con el tiempo, se vio que la gente no podía vivir a expensas de la caridad o buena voluntad de los capitanes de los barcos que recalaban en el archipiélago, para que se hicieran cargo de sus envíos postales. Por tal razón, hacia 1850, los locales pidieron al rey Kamehameha III el establecimiento de un sistema regular de correos. El sistema fue creado, y los primeros sellos usados fueron los protagonistas de esta crónica, hoy conocidos como “Misioneros Hawaianos”.
Los “Misioneros Hawaianos”
Se trata de los primeros sellos emitidos en Hawái. Fueron cuatro sellos con los siguientes faciales: uno de 2 centavos, otro de 5 centavos y dos de 13 centavos.
Los «Misioneros Hawaianos»
El 1 de octubre de 1851 se pusieron en circulación los de 2, 5 y 13 centavos con la leyenda “Hawaiian Postage”. El de 2 centavos era para envío de periódicos. El de 5 centavos se usaba en el correo normal. Y el de 13 centavos era usado para el correo a los Estados Unidos: combinaba 5 centavos de correo normal en Hawái, 2 centavos para el correo por barco de Hawái a Estados Unidos, y 6 centavos del correo en Estados Unidos.
A principios de abril de 1852 se emitió el cuarto sello, también de 13 centavos, con la leyenda “H. I. & U.S. Postage”. Fue emitido para evitar las confusiones surgidas con el primero, y dejar bien claro que era para pagar el correo que iba a los Estados Unidos.
Su nombre de “Misioneros Hawaianos”, se debe a que la mayor parte de los sellos que se han conservado de esta serie proceden de cartas escritas por los misioneros antes citados, y muchos fueron encontrados en la Sociedad Evangélica de Boston.
Sus motivos consisten en las cifras de facial enmarcadas por orlas, con la leyenda “Hawaiian Postage” en los emitidos en 1851, y “H. I. & U.S. Postage” para el emitido en 1852, con su facial en letras o números seguido de la palabra “Cents”.
Los sellos fueron impresos en los talleres del semanario “The Polynesian”, de Honolulu. Tienen un aspecto muy rústico, fueron elaborados con tinta azul y estuvieron en circulación durante unos 5 años, hasta que se agotaron.
El «Sobre Dawson»
Se confeccionaron con papel muy fino y de mala calidad, lo que contribuyó a su fragilidad y a que solo unos pocos hayan llegado hasta nosotros. Se cree que las piezas de toda la serie que han sobrevivido hasta hoy no llegan a las 200 en total, de las que 28 están sin usar y 32 están en sobres, y de ellas, la más escasa es la de 2 centavos. De los 32 sobres franqueados con estos sellos, solo uno muestra el de 2 centavos; es el conocido como “sobre Dawson” por el apellido del destinatario. De los 15 sellos de 2 centavos que se sabe que se conservan hoy en día, solo uno está sin usar, y alrededor de la mitad están fuera de los museos de filatelia y pueden ser adquiridos por los coleccionistas. Eso sí; a muy grandes precios.
A pesar de haber empezado a circular en 1851, estos sellos no fueron conocidos en el mundo de la filatelia hasta 1864, en que aparecieron algunos ejemplares en una vieja caja.
El 24 de octubre de 2002, Estados Unidos emitió una hoja bloque en su honor. Tiene 4 sellos de 37 centavos que reproducen los 4 “Misioneros Hawaianos”, y también reproduce el sobre Dawson.
Por su origen, rareza y otras circunstancias, hoy estos sellos son de los más famosos y de los más caros en la filatelia mundial. Y son protagonistas de diferentes historias y anécdotas, de las que a continuación paso a describir la más relevante.
Un coleccionista muerto
En junio de 1892, Gaston Leroux, un rico hombre de negocios natural de París, fue encontrado muerto en su domicilio con muestras de haber fallecido de forma violenta; había sido asesinado.
Hoja bloque emitida por Estados Unidos el 24 de octubre de 2002
Pero su domicilio no parecía haber sido forzado. No se echaba nada en falta. Todo estaba en su sitio: joyas, oro, dinero en grandes sumas, y otros objetos de mucho valor. En un cajón medio abierto había monedas de oro y un reloj con diamantes. Y la policía vio desplegada una colección de sellos de Hawai aparentemente intacta. El asesino podía haberse llevado todo, pero lo dejó en su sitio. La policía se encontraba sin pruebas, al parecer, Leroux no tenía enemigos, y el móvil del crimen se convertía en un gran misterio.
Las investigaciones
Pero apareció en escena un avispado detective coleccionista de sellos (casualidades que se dan en la vida). Al indagar entre las pertenencias de Leroux, vio que la víctima había sido dueña de una magnífica colección de sellos de Hawái. Se dedicó a compararla con el inventario que el propio Leroux había escrito de su colección, y no tardó en darse cuenta de que faltaba la estrella: el sello de 2 centavos. Y en el lugar donde debía de estar el sello desaparecido, encontró una charnela que parecía haber sido manipulada. Aquello echaba algo de luz sobre el curioso misterio.
El detective centró sus pesquisas en la pieza que faltaba de aquella colección. Visitó a comerciantes de sellos de París para averiguar si alguno había visto, comprado o vendido un sello como el que faltaba. Pero no tuvo éxito.
Continuó sus investigaciones entre los allegados y amigos de Leroux, y se enteró de que uno de ellos, Hector Giroux, también era un gran coleccionista de sellos, y centró en él sus pesquisas. El detective se ganó la confianza de Giroux simulando ser un ávido coleccionista. Y en una visita a su domicilio unos meses después, se pusieron a hablar de sellos raros, citaron los “Misioneros Hawaianos”, y surgió el tema del sello de 2 centavos como uno de los de mayor rareza. Entonces Giroux, orgulloso de su gran colección, mostró al detective un álbum en el que figuraba uno de aquellos rarísimos “2 centavos”. ¡El detective tuvo la impresión de que había dado en el blanco!
El desenlace final
La vista de aquella pieza afianzaba las sospechas que recaían sobre Giroux. Fue interrogado sobre el citado sello, y al no poder dar una clara explicación de cómo lo había adquirido, fue arrestado bajo la acusación de asesinato. Tras diversos interrogatorios entró en contradicciones, no fue capaz de soportar la presión y se confesó autor del crimen. Declaró que había asesinado a su amigo Leroux, porque, a pesar de tener suficiente dinero para comprarlo, Leroux se había negado en repetidas ocasiones a venderle el “Misionero” de 2 centavos, que le faltaba para completar su colección.
Giroux fue juzgado, declarado culpable y condenado a muerte, pagando su delito con la horca. Al final, su pasión de coleccionista de sellos de correos acabó con la vida de su amigo y con la suya propia.