Correos emite un sello a los 50 años del fallecimiento de Pablo Ruiz Picasso eligiendo una fotografía de Juan Gyenes.
En su estudio, Picasso tiene tiempo para descansar y jugar con un violín. Un instrumento que a través del género de los verdiales formaba parte del folclore de la Málaga natal y de la memoria musical y hasta sensorial del artista, convertido ya en el más famoso del mundo.
Autorretrato (1907)
Emisión de Checoslovaquia (1972)
La imagen está tomada en Cannes el 16 de junio de 1958 por el hispano-húngaro Juan Gyenes en la que era su segunda visita al pintor. Titulada por el fotógrafo «…con su violín de Ingres», la escena nos remite también al ocio necesario para todo creador, ya que se recuerda cómo el gran maestro del clasicismo decimonónico Ingres se ejercitaba con el violín.
En este caso, la manera de sujetar Picasso el instrumento lleva al juego y a las evocaciones malagueñas en las que el violín de verdiales se sujeta a menudo de formas no tradicionales.
La presencia en el fondo de pinturas en cuyo reverso Picasso anota las fechas en las que ha estado trabajándolas sirve para realzar esa dicotomía entre diversión y trabajo, como los propios momentos que en su villa La Californie Picasso detuvo su frenética labor para atender a un fotógrafo en el que podía ver un reflejo de sí mismo: alguien que había abandonado su patria para buscar un futuro en un país ajeno. El español Picasso retratado en Francia por un húngaro que había hecho de España su nación de adopción.
Centenario del Nacimiento de Pablo Picasso
España, 1981
La confianza surgida en la anterior visita de Gyenes propició este instante fugaz en el que Picasso se permitió ser otro, un quimérico violinista o tal vez el propio Ingres. En todo caso, la imagen sirve para mostrarnos un Picasso en su plenitud capaz de ser siempre distinto y de sorprender a quien observa. Un mérito compartido en esta ocasión con Juan Gyenes.