Manuel Azaña Díaz nació en Alcalá de Henares en 1980, segundo de cuatro hermanos en una familia de clase acomodada. Hijo de Esteban Azaña, propietario agrícola y alcalde de la ciudad, y de Josefina Díaz.
Cursó estudios de Derecho y por aquella época publicó sus primeros escritos.
En octubre de 1898 se instaló en Madrid como pasante del bufete de Luis Díaz Cobeña, en donde coincidió con Niceto Alcalá-Zamora, a la vez que realizaba los estudios de doctorado, que le permitieron conocer a Francisco Giner de los Ríos.
En 1900 leyó su tesis doctoral sobre La responsabilidad de las multitudes, lo que le convirtió en Doctor en Derecho.
Frecuentaba la Academia de Jurisprudencia, en la que pronunció una conferencia sobre el 22 de enero de 1902.
Colaboró en revistas como Gente vieja o La avispa, y durante un tiempo, se dedicó a los negocios familiares.
En junio del 1910 obtuvo, por oposición, la plaza de Auxiliar tercero de la Dirección General de Registros y del Notariado del Ministerio de Gracia y Justicia, en donde desarrollaría toda su carrera de funcionario.
En febrero de 1911, pronunció una conferencia sobre “El problema español”, ratificando sus convicciones democráticas para la reconstrucción del Estado desde la vida local.
Obtuvo una pensión de la Junta para Ampliación de Estudios con el objeto de realizar estudios de Derecho en la École Nationale de Chartes, de París donde permaneció hasta finales del año 1912. Desde la capital francesa enviaría crónicas al diario madrileño La Correspondencia de España con el seudónimo de Martín Piñol.
Manuel Azaña se integró en la Liga de Educación Política Española, que lideró Ortega y Gasset, y en el proyecto político del Partido Reformista, que encabezó Melquiades Álvarez.
Entonces iniciaría su apasionante vida política que culminaría con importantes cargos como Ministro de la Guerra y Presidente del Consejo de Ministros de 1931 a 1933, y Presidente de la República española de 1936 a 1939.