La Guerra de la Independencia Española (1808-1814) enfrentó a las potencias aliadas de España, Reino Unido y Portugal contra el Primer Imperio francés, en el contexto de las guerras napoleónicas.
La pretensión francesa era la de instalar en el trono español al hermano de Napoleón, José Bonaparte, tras las abdicaciones de Bayona.
La inteligencia militar y civil durante la Guerra de la Independencia Española basó su red de información en el servicio de correos a través de las casas de postas. Esta conferencia se centrará en conocer el funcionamiento de estos servicios de inteligencia a partir del análisis de la correspondencia interceptada y la información vital que contenía.
El ponente David González Corchado es académico de la Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal, vicepresidente de la Comisión de Historia Postal de FESOFI, director de la revista Norba Filatélica y miembro de la Asociación Filatélica Cacereña desde hace más de 30 años, siendo actualmente su vicepresidente.
Investigador interesado en el periodo prefilatélico, especialmente de los siglos anteriores al XVIII; ha publicado numerosos artículos relacionados con esta temática en revistas especializadas españolas (Academvs, El Eco Filatélico, Revista de Filatelia…). También ha dictado gran cantidad de conferencias, algunas de las cuales han sido: “Las cartas del último Templario”, “La organización postal de la Inquisición Española”, “Los inicios del correo en España como servicio público y universal”, “el origen de los primeros porteos en las cubiertas de las cartas”, etc. Su ámbito de coleccionismo se centra en la historia postal de su región (Extremadura) desde el siglo XVI hasta la Guerra Civil Española.
Cartas Dirigidas a Sujetos de Interés para el Bando Patriota
Carta dirigida al Señor D. Esteban San Jullen, comandante del Regimiento n.º 3 de Infantería de Línea de S,M, en Valladolid
La guerra se desarrolló principalmente en la Península Ibérica llegando a alcanzar forma de guerra civil entre españoles que apoyaban a uno u otro bando.
A diferencia de otros conflictos armados, en este el pueblo adquirió un enorme protagonismo. Para el español medio, el francés encarnaba el mal y todo aquello que debía ser combatido.
Cartas dirigidas a Funcionarios del Real Servicio
Carta dirigida a A don Juan Ygnacio Alaminos, juez del Tribunal Criminal de Málaga.
Durante el Proceso Constituyente de Cádiz, en la sesión del 7 de octubre de 1812 se discute sobre el abuso de abrir la correspondencia en las oficinas de correos y la necesidad de castigar dicha actuación por parte de la Cortes. Esta propuesta se desecha por falta de pruebas que demuestren esta práctica, si bien, desde hacía dos años la interceptación y violación de la correspondencia particular venía siendo una práctica habitual en el transcurso de la contienda bélica.
La Junta Central encomendó a Eusebio Bardají y Azara, secretario de Estado y Superintendente de Postas, la reorganización del Servicio de Información con el objeto de tener datos precisos tanto de sus propios recursos como de los del enemigo. De forma paralela, en 1808, la Junta Central ordena al general Lapeña, jefe del Ejército del Centro, la creación de un servicio de espionaje sobre las fuerzas francesas.
Cartas dirigidas a altos cargos de Estado
Carta dirigida al Exmo. sr. Duque de Campo de Alange, caballero del Toison de Oro, capitán general de los Reales Ejércitos y Ministro de Negocios Extranjeros.
En el Servicio de Información del bando patriota actuaban los comisionados, personas que hacían de enlace entre los espías en zona enemiga, los guerrilleros y los informadores que estaban en la frontera francesa.
El bando fernandino buscará patriotas comprometidos con su causa, con experiencia en la gestión de la información y amplio conocimiento de la red de comunicación del Reino.
La red básica de información será el servicio de correos a través de las casas de postas. Los puestos de comisionados serán ejercidos por oficiales y administradores de correos.
Antonio de Capetillo será Comisionado para organizar los servicios de inteligencia contra el Gobierno Intruso en la Mancha, Provincias Vascas y Navarra. Su nombramiento se encuentra fechado en la Isla de León el 11 de mayo de 1810.
1er Oficial del Correo General de Madrid con 31 años de servicio, Antonio de Capetillo resulta ser una persona de confianza de Eusebio Bardají. Su hermano José es dependiente de Correos en Madrid y actuó como su confidente. Fue cesado en su comisión en el mes de agosto de 1812.
“Tampoco” (1810-1814), aguafuerte de la colección de Francisco de Goya “Desastres de la guerra”
El riesgo para espías y confidentes era evidente: El médico de Villava fue detenido el 2 de noviembre de 1812 acusado de espionaje, después de fusilarle fue colgado en un árbol a la entrada de la localidad, con un cartel que justificaba su condena “por espía”.
Su dilatada experiencia como oficial de la Renta de Correos le permite desenvolverse con soltura a la hora de tejer una amplia red de enlaces que le facilite recibir periódicos informes de sus confidentes y espías, para ello se valdrá tanto de postillones, correos ordinarios o extraordinarios facilitados por las estafetas cercanas, mensajeros propios de su confianza; e incluso los correos de la administración general que viajan por la “carrera de Francia”
A través del servicio de inteligencia se llevaban a cabo operaciones de propaganda para desprestigiar a los franceses. Sus fracasos se magnificaban en las gacetas españolas que se leían públicamente en las tabernas o en las plazuelas de villas y ciudades, servían para mejorar la autoestima de la población y fomentar el sentimiento de rechazo a los invasores.
Estos servicios de inteligencia resultaron muy eficaces, tanto para las autoridades de Cádiz, como para el ejército español y para los comandantes de las guerrillas, ya que todos dispusieron de puntual información sobre los movimientos franceses, además de lograr una mayor coordinación entre las guerrillas y el ejército anglo-español.
Cartas dirigidas a Embajadores, cónsules y ministros plenipotenciarios en el extranjero
Carta dirigida a su Excelencia Ilustrísima, señor D. Carlos Andreoli, embajador plenipotenciario de Su Majestad Imperial y Real de Austria en la Corte de Roma
La correspondencia podía ser interceptada por las guerrillas o por el ejército regular. Una vez enviadas las valijas a Capetillo, su equipo las analizaba y remitía las cartas de interés a Cádiz, mientras que el resto eran quemadas.
La correspondencia era interceptada tanto para obtener información de tipo político y militar (incluso de la correspondencia privada), como para conocer el estado de ánimo de la población que vive bajo el gobierno intruso, chantajear al destinatario o remitente usando contra él la información personal¸ redactar listas negras de personas afectas al régimen josefino (afrancesados) que se llevarán a cabo tras la contienda como para extraer información internacional o sobre la guerra en Europa.
Con el fin de la guerra, el retorno de Fernando VII en 1814 y la reinstauración del régimen absolutista, la suerte sonrió de diversa manera a los personajes que intervinieron en estos servicios de inteligencia. Así, algunos agentes dobles fueron encarcelados por presunta connivencia con el enemigo: Eusebio Bardají, encabezó numerosas legaciones diplomáticas, y a pesar de sus simpatías liberales, desempeñó funciones de gobierno hasta su retiro y plácida muerte en 1842. Antonio de Capetillo, de claras simpatías absolutistas, fue nombrado Administrador de correos de la Coruña en 1815 y en 1823 recibirá la Real Orden de Carlos III. Patriotas, como Juan Martín “el Empecinado” por defender sus ideas liberales fue ejecutado por el rey.
Aquí puedes acceder a los contenidos de la conferencia
Los servicios de inteligencia durante la guerra de la independencia (PDF)