Por Juan E. Page
Miembro de la Sociedad Filatélica de Madrid
Seguro que todos habéis oído hablar del “oro de Moscú” en relación con la guerra civil española.
Se hace referencia con esta frase a las reservas de oro que usó el gobierno de la República para pagar los suministros de guerra a la URSS. Pero tal vez no todos habéis oído hablar del “oro de Mallorca”. De él, y de la filatelia asociada, hablo aquí.
El 27 de Julio de 1936 llegó a Palma de Mallorca el destructor italiano R(egia) C(accia) T(orpediniere) Maestrale (Mistral), uno de los cuatro con nombres de vientos de la misma clase en servicio en la Regia Marina (con los Scirocco, Grecale y Libeccio). Lo mandaba el capitán de corbeta Carlo Zampari y realizaba misiones de escolta de los barcos italianos que transportaban suministros a los militares sublevados.
R.C.T. MAESTRALE
De acuerdo con la información que nos da José P. Gómez-Agüero en su discurso académico, el Maestrale viajó a Barcelona y regreso a Palma, de donde partió de nuevo el 16 de agosto “con los fondos recolectados para la compra de material militar para los sublevados”. Pues estos “fondos recolectados” fueron la primera parte del “oro de Mallorca”. Se trató de un total de 247,36 kg repartidos en tres cajas ( 95,65 kg 95,94 kg y 55,77 kg), con una equivalencia aproximada de 3,5 millones de liras. Las cajas se entregaron a la Banca Italiana el 19 de agosto.
En los días siguientes todo el oro, en joyas, monedas o lingotes, que había en Mallorca se requisó y envió a Italia como pago a cuenta del material militar que aquel país se había comprometido a entregar.
La tarjeta que reproduzco está fechada en Palma de Mallorca el 1 de agosto de 1936 y circuló, sin franqueo, con la inscripción “Nave desprovista de sellos” y las dos marcas usadas en el Maestrale. Por cierto, que José Pedro describe la que incluye en su libro como circulada en franquicia, cuando en élla aparece el mismo texto explicativo de la ausencia de sellos que en ésta.
Marcas usadas en el R.C.T. Maestrale
Interesante tema.
No sólo era el oro de Moscú el que relucía