Desde el año 2009, el conocido como Tribunal de Regantes del Mediterráneo Español, está inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Estos tribunales son instituciones jurídicas consuetudinarias, que se encargan de gestionar el agua para el riego en la agricultura.
Sus orígenes se remontan a la época de Al Ándalus, entre los siglos IX y XIII.
Los miembros de estos tribunales son elegidos de manera democrática y representan a la autoridad en este ámbito. Resuelven los litigios mediante un procedimiento oral, rápido, transparente e imparcial.
Está formado por ocho síndicos elegidos, que representan a distintas comunidades de regantes.
El llamado Consejo de Hombres Buenos, está formado por siete miembros que tienen jurisdicción sobre estas comunidades.
Además de las funciones propiamente jurídicas, estos tribunales desarrollan otras actividades como proteger los oficios antiguos relacionados con la agricultura, colaborar en la cohesión de las distintas comunidades o transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones.
Los dos tribunales más importantes son el Consejo de Hombres Buenos de la Huerta de Murcia y el Tribunal de las Aguas de la Huerta de Valencia. Ambos están reconocidos por el ordenamiento jurídico español.
Foto: Tribunal de las Aguas de Valencia, Gustave Doré CC BY 2.0
En el sello que Correos les dedica, se recoge una imagen del Tribunal de Aguas de Valencia, en la que se ve a los síndicos, sentados en los sillones asignados a cada una de sus acequias, junto con el Alguacil del Tribunal, reunidos en la Puerta de los Apóstoles de la Catedral de Valencia, donde todos los jueves a las 12 de la mañana, se reúnen para discutir sobre el derecho de las aguas en la huerta valenciana.