Entre el 15 y el 19 de marzo, la ciudad de València, huele a pólvora y a fiesta.
Desde finales del mes de febrero, los valencianos y valencianas se preparan para esos días que preceden a la primavera en los que viven los momentos más esperados cada año, con la conocida como “macrodespertà” y otra serie de actos que dan cuenta de todo lo que vendrá después.
Las calles de València se adornan con cientos de fallas, que se “plantan” y que son admiradas por propios y visitantes hasta el día 19 de marzo, día de San José, cuando se lleva a cabo “la cremà”, momento en el que estos espectaculares monumentos de cartón piedra, son devorados por las llamas, provocando gran emoción en los espectadores. Es este momento lleno de emoción el que se refleja en el sello emitido por Correos.
Emisión de 1984
Las fallas son construidas por los artistas falleros y representan escenas que, de forma satírica, tratan temas de la actualidad social y política.
Junto a estas esculturas, las otras dos protagonistas de las fiestas son la pólvora y la música.
El particular y especial olor de la pólvora recorre las calles valencianas en forma de petardos y espectáculos pirotécnicos llenos de luz y color.
La música, interpretada por multitud de bandas, pone la guinda más exquisita a estas celebraciones.
Uno de los actos más importantes es la Ofrenda de Flores a la Virgen de los Desamparados, que se celebra cada 17 y 18 de Marzo en honor a la patrona de València. Las comisiones falleras desfilan, presididas por las falleras mayores y sus cortes, luciendo los espectaculares trajes regionales y acompañadas por bandas de música, por las calles más céntricas, hasta llegar a la Plaza de la Virgen, junto a la Catedral, para depositar ramos de flores que conforman hermosos tapices que adornan este espacio durante varios días.
En el año 2016, esta fiesta arraigada en nuestro país y conocida en el mundo entero, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.