Por Juan E. Page
Miembro de la Sociedad Filatélica de Madrid

Hace ya mucho tiempo que se introdujo la mecanización en la clasificación de los envíos postales, siendo el uso de la impresión de códigos de barras y de su lectura óptica lo que facilitó el manejo de un volumen de elementos impensable mediante otros métodos.

Naturalmente, el avance tecnológico permitió optimizar el sistema y en los últimos años no hay prácticamente ningún envío postal en el que no aparezca una etiqueta, sea de certificado o de pago, con un código de barras, ahora en un formato estandarizado.

Y finalmente llegaron los códigos QR, capaces de almacenar una gran cantidad de información y de lectura muy simple. Ahora en lugar de barras hay puntos. Hasta aquí cuestiones poco emocionantes, aunque pueden resultar atractivas para algún coleccionista.

La cuestión se complica cuando los códigos digitales aparecen en los propios sellos. Por ejemplo, España emitió, en marzo de 2014, un sello en el que aparece, junto a un emoticono, un código QR completo (la misma imagen se usó para un sobre del Servicio Filatélico). Pero la intención no era informativa sino puramente propagandística. Si se lee el código se descubre que dice:

http://www.articsoluciones.com/realidadaumentada/indexphp?Applicationld=CorreosRA

dirección que parece corresponder a una empresa privada (?).

¿Cuál es entonces el interés de esta curiosidad? Vayamos a Alemania. El 4 de febrero de 2021 se anunció la emisión de un sello con un código de barras reducido en el lado derecho. La propaganda era “Transformación digital. El sello se hace digital”. En la portada del anuncio hay una reproducción del sello en el que se puede leer el código

http://www.deutschepost.de/die-briefmarke

En el interior, una pareja de sellos, con matasellos de primer día, en los que el código se puede leer, pero está cifrado y, lo que es más importante, ¡es diferente en cada sello! La curiosidad me llevó a comprar un carnet de diez ejemplares de la emisión de 5c de 2022, anunciada con “Los sellos pueden hacer más que franquear. Nuevo: consulte la información del estado del envío y el motivo del sello en cualquier momento desde su teléfono móvil” ¡Los diez códigos son distintos!

Como el código QR no está en una viñeta, sino impreso en el propio sello, nos encontramos ante unas emisiones en las que cada sello es único y puede contener información de tipo muy variado (por ejemplo, la posición en el pliego y el número del mismo) ¿Cómo hay que enfrentarse a este asunto desde el punto de vista del coleccionismo? ¿Habrá que preguntar a la FIP?