La imponente Catedral de Granada ha alcanzado un hito histórico: ha cumplido cinco siglos desde que se fundase en el año 1523.
Situada en el corazón de la ciudad, esta majestuosa obra arquitectónica es testigo silencioso de la rica historia y la evolución cultural de Granada a lo largo de los siglos.
Conocida también como la Catedral de Santa María de la Encarnación, esta joya del Renacimiento español fue diseñada por el renombrado arquitecto Diego de Siloé, quien fusionó magistralmente los estilos gótico tardío y renacentista, creando así una estructura única que cautiva a los visitantes desde hace quinientos años.
Uno de los aspectos más destacados de la Catedral de Granada es su imponente fachada principal, que refleja la exquisita ornamentación propia del Renacimiento español. Los detalles intrincados de sus puertas y ventanas, así como las esculturas que adornan su exterior, dan testimonio del talento artístico de la época y revelan la devoción de los constructores hacia su fe.
Al adentrarse en su interior, los visitantes quedan maravillados por la magnificencia de sus naves, su altitud abrumadora y la luminosidad que irradia gracias a los vitrales que decoran sus ventanales. El imponente retablo mayor, obra maestra del escultor Alonso Cano, es una de las piezas más sobresalientes, que narra de manera magistral pasajes bíblicos y escenas de la vida de Cristo.
Además de su valor arquitectónico, la Catedral de Granada alberga un rico patrimonio artístico, con obras de destacados pintores y escultores de diversas épocas. Entre ellas, se encuentra la Capilla Real, lugar de descanso final de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, cuyos sepulcros esculpidos en mármol son una verdadera obra de arte.
Correos celebra este aniversario con la emisión de una hoja bloque en la que se recoge una imagen de la imponente fachada principal.
El sello, muestra un detalle de la misma fachada que recoge en un marco circular la Encarnación, en una profunda hornacina. Las esculturas de María y de Gabriel protagonizan esta escena bíblica donde el arcángel sobre nubes y de rodillas, con las alas desplegadas aparece acompañado de los rayos que salen de la paloma del Espíritu Santo.
