Dentro del Ciclo de Conferencias de SOFIMA, El próximo domingo 19 de noviembre, que tendrá lugar a las 11.30 horas en la sede de FESOFI, calle Felipe III, 6, 1º. una Tertulia Debate, que tendrá como título:
VIDA Y OBRA DEL CONDE DE VILLAMEDIANA
Los protagonistas de esta tertulia son dos ponentes de excepción.
Gaspar Martínez Lorente, miembro de SOFIMA, Académico de número de la Real Academia Hispánica de Filatelia, Responsable de la Unidad de Documentación y Estudios Históricos de la Subdirección General de Filatelia (SECTSA), Desde hace más de 25 años, ha desarrollado una labor de investigación sobre la historia postal y de las telecomunicaciones, en colaboración con compañeros de trabajo, así como con profesores de instituciones universitarias y culturales, españolas y extranjeras. Colaborador científico, durante diez años, del Departamento de Historia de la Comunicación Social de la Facultad de Ciencias de la Información (UCM). Ponente habitual en todo tipo de eventos relacionados con el correo y el telégrafo. Coautor de las siguientes obras: “Las comunicaciones en la construcción del Estado contemporáneo en España. 1700-1936″.»La historia del correo, el telégrafo y el teléfono”. Madrid, Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, 1993.“Atlas histórico de las comunicaciones en España. 1700-1998”. Barcelona, E.P.E. Correos y Telégrafos-Lunwerg, 1998.».“El Palacio de Comunicaciones. Un siglo de historia de Correos y Telégrafos”. Madrid, E.P.E. Correos y Telégrafos-Lunwerg, 2000.»
David González Corchado, pertenece a la Asociación Cultural Filatélica y Numismática Cacereña, donde ha ocupado cargos de responsabilidad. Es también Académico electo de la Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal.
Articulista habitual en publicaciones filatélicas y medios digitales, dirigidos en su mayoría a temas relacionados con la prefilatelia y la Historia, abarcando un amplio abanico que van desde el siglo XVI al XIX y tocando temas de máximo interés como el epistolario teresiano, las cartas del cólera, el correo certificado en los conflictos del siglo XIX, Fraudes al correo en Cáceres, el correo interior de Extremadura, el franqueo reclamado en Extremadura en el siglo XIX, Historia postal de la Inquisición de Llerena, etc.
La muerte del conde de Villamediana
Juan de Tassis, conde de Villamediana, era siempre el centro de atención en todas las reuniones. Su carisma deslumbró al joven rey Felipe IV, que le nombró gentilhombre de cámara, hombre de confianza. Rico, ingenioso y poeta, el de Villamediana era uno de los hombres más admirados y envidiados de la corte, y las fiestas que preparaba eran memorables.
Sin embargo, también era provocador, mujeriego y dado a la crítica, valiéndose de su ingenio para arremeter contra algunos personajes poderosos. Ya en su juventud, en tiempos de Felipe III, llegó a resultar tan molesto entre los cortesanos que el rey le desterró por un tiempo, oficialmente por su afición al juego. «El mayor ladrón del mundo / por no morir ahorcado / se vistió de colorado», le dedicó al duque de Lerma, aludiendo a su nombramiento como cardenal para librarse de la justicia. Villamediana marchó a Nápoles y al volver a Madrid había heredado el cargo de Correo Mayor. Hizo amigos influyentes que no dudaban en acudir a sus fiestas. Muchos le atribuían una serie de versos anónimos en los que se ridiculizaba y denunciaba a personalidades del gobierno, sobre todo al valido de Felipe IV rey, el conde-duque de Olivares.
Ocurrió que el 21 de agosto de 1622, a eso de las nueve de la noche, el conde de Villamediana, acompañado de Luis de Haro, hijo del marqués de Carpio, paseaba en su carroza por la calle Mayor, donde tenía su palacio. A punto de llegar a su casa, a la altura de la travesía del Arenal, un hombre con la cara cubierta se acercó al coche y por la ventanilla disparó un ballestazo al conde y salió corriendo. En unos minutos el conde había muerto.
El suceso convulsionó todo Madrid, pero nunca se descubrió al asesino. El caso propició todo tipo de especulaciones entre la realidad y la fantasía que forman parte de las leyendas de Madrid. Desde las ambiciones de poder del conde-duque de Olivares, que perdía prestigio ante los poemas críticos referidos a él y que se atribuían al conde, hasta los celos del propio rey, que sospechaba que la reina Isabel de Borbón estaba prendada del conde.
Por entonces, corría un poema anónimo, atribuida a Góngora, amigo del Conde, que decía:
Mentidero de Madrid
decidnos ¿quién mató al conde?
ni se sabe, ni se esconde
sin discurso discurrid:
dicen que le mató el Cid,
por ser el conde Lozano;
¡disparate chabacano!
la verdad del caso ha sido
que el matador fue Bellido
y el impulso soberano
La muerte del conde de Villamediana
por Manuel Castellano, 1868
Museo de Historia de Madrid.
Sea como fuere, el conde de Villamediana era tan lanzado que, según la leyenda, coqueteaba con la reina Isabel. Dicen que en una fiesta de toros en la Plaza Mayor llegó a caballo y vestido con una capa bordada con reales de plata, y un cartel que decía: “Mis amores son reales”. Cuentan que en otra ocasión Villamediana hizo una buena faena como rejoneador, y que la reina comentó: “qué bien pica el conde”, a lo que el rey contestó, “pica bien, pero muy alto”.
Además, el conde de Villamediana dedicaba poemas amorosos a una tal Francelisa, que podría ser un juego de palabras para referirse a la reina (francesa) Isabel o Elisa, pero podrían ir dirigidos a Francisca de Tabora, joven portuguesa a la que pretendía Felipe IV. Al parecer, el conde escribía poemas por deseo del rey para engatusar a la joven.
Con todo, por su elegancia, ingenio, sensibilidad y carácter crítico, el conde de Villamediana tenía enemigos poderosos, que entre otras cosas sentían envidia de sus aventuras amorosas y temían sus posibilidades en política. Lope de Vega apuntó que el conde murió “un tanto juvenil / por ser mucho Juvenal”, atribuyendo a sus escritos la razón de su muerte.