Por Juan E. Page
De la Sociedad Filatélica de Madrid
Lo que escribo hoy es casi una petición de ayuda.
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Lo que escribo hoy es casi una petición de ayuda.
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En cierta medida el coleccionismo de nuestra Guerra Civil no termina cuando termina la guerra, sino que produce diversas secuelas. Por ejemplo, es bien sabido que hubo españoles en los campos franceses (Gurs, Argelés,…), que los hubo en los campos nazis (Mauthausen,…), que los hubo luchando con los aliados (la célebre Nueve) y que los hubo luchando en la URSS en la Segunda Guerra Mundial (la División Azul).Y hubo también algunos otros hechos, en relación con la contienda, que dieron lugar a la aparición de material coleccionable. A uno de ellos me refiero aquí: el de las tarjetas de protesta contra el régimen de Franco.
Por Juan E. Page
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La situación actual de enclaustramiento produce importantes tensiones anímicas, sobre todo cuando alguna persona querida enferma y es trasladada a un hospital, sin que se disponga de información suficiente acerca de su estado durante largo tiempo.
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Ya me habréis oído alguna vez hablar de cosas que no colecciono… pero me interesan.
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Seguro que todo el mundo ha oído hablar de la intervención de elementos de la fuerza aérea alemana en apoyo de los sublevados contra la República Española: la célebre Legión Cóndor.
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Me resulta sorprendente que a lo largo de las interesantísimas conferencias en SOFIMA acerca de la Guerra Civil no se haya mencionado (o yo no me he enterado) la presencia de rumanos colaborando con los militares sublevados.
Por Juan E. Page
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Una vez más hablo de algo que no colecciono, pero creo que en la situación en que nos encontramos el tema puede ser adecuado. Se trata de comentar un libro: el “Disinfected Mail” del doctor en medicina K.F. Meyer, editado en los EEUU en 1962.