Julio Peñas, destacado investigador y coleccionista de las Guerras Carlistas, vocal de la Junta Directiva de SOFIMA y de AFINET, impartió el pasado 16 de diciembre, en la repleta sala de FESOFI una amena e interesante conferencia que sobre los matasellos carlistas utilizados en Vizcaya en la que completó los conocimientos existentes con importantes aportaciones personales fruto de su estudio e investigación.
Julio comenzó explicando que de todos los territorios ocupados por los carlistas durante la 3ª Guerra fue Vizcaya la que más y mejor organizó su servicio de correos. El servicio postal público comenzó el 1º de diciembre de 1873 para lo cual se había establecido una tupida red de 24 administraciones de correos y se habían distribuido con antelación suficiente los sellos de correo.
Carta dirigida en noviembre de 1874 por el Administrador del Correo de Galdácano a D. Tiburcio de Astuy Administrador de Durango, Administración Central del Correo de Vizcaya.
En un principio no se dotó a estas administraciones de matasellos propios autorizándose el empleo de los matasellos liberales, rombos de puntos y fechadores, allí donde se pudieron localizar.
En octubre de 1.874 se efectúa una reorganización postal del territorio vizcaíno en la cual se modifican las líneas del correo asignando a las distintas administraciones nuevos números.
Esta situación duró poco tiempo ya que en el mes de enero de 1.874 se remitieron a todas las administraciones que no disponían de fechadores unos matasellos circulares de nueva creación para que con ellos cancelasen tanto los sellos como los anversos y reversos de las cartas. Aquellas poblaciones que contaban con fechador “liberal” lo seguirán utilizando y no recibirán matasello circular.
Matasellos manuscrito 19 de Bermeo.
El conferenciante explicó con numerosas ilustraciones que a primeros de marzo se asigna a cada administración un número y se ordena que cancelen los sellos de las cartas escribiendo a tinta de forma clara el numeral correspondiente, manteniendo el uso de los matasellos circulares o los fechadores sobre el anverso y reverso de las cartas. Solo en Durango se mantendrá en uso el rombo de puntos.
En octubre de 1.874 se efectúa una reorganización postal del territorio vizcaíno en la cual se modifican las líneas del correo asignando a las distintas administraciones nuevos números. Se crearon nuevas Administraciones que recibieron sus correspondientes matasellos circulares y desaparecieron otras.
Matasellos estampado nº 11 de Larrabezua.
Este proceso de reorganización se aprovechó para encargar la fabricación de unos matasellos numerales de formato rectangular que permitiesen a los carteros dejar de cancelar los sellos a mano, con el detalle curioso de que excepto 4 administraciones el resto cambia de número con respecto al asignado en la anterior organización. Estos matasellos numerales fueron repartidos a finales del mes de octubre.
Al final durante los 27 meses que estuvo en funcionamiento el correo carlista en Vizcaya hubo un total de 32 administraciones con marcas propias, si bien no todas funcionaron al mismo tiempo y la colección completa de marcas se eleva a 93, una cifra que a buen seguro sorprenderá a todos los que no conocen estos sellos carlistas. De por lo menos una docena no se conoce hasta la fecha pieza alguna.
La conferenciante consiguió atraer al auditorio no sólo con sus conocimientos histórico postales, sino interesantes anécdotas, entre ellas el ejemplo de cordura sucedido en medio del conflicto armado cuando en Miravalles, y hasta bien avanzado 1874, coexistieron en una localidad dominada por los carlistas dos administraciones postales: una carlista y otra liberal, cada una con sus propios sellos y matasellos.