Historia del correo de Eduardo Verdegay y Fiscowich

Por Alejandro Gracia Cenamor

Este libro nos habla de las comunicaciones, de cómo se han llevado a cabo a través de los tiempos. Esto nos permite una perspectiva válida para hoy mismo.

Muchas veces nos preguntamos, de qué manera se realizaba exactamente un servicio de correos. Aquí no encontrarás la respuesta exacta para un caso concreto, salvo lo descrito específicamente, pero el conocimiento de la forma en que se solucionó, de cómo se llevó a cabo en un momento determinado sin duda nos ampliará nuestra visión y ayudará a buscar la solución


Queridos lectores

Iniciamos un nuevo servicio a los socios de SOFIMA y, por extensión, a los filatelistas en general, de apoyo bibliográfico en temas de filatelia e historia postal.

Este servicio consiste en poner a su disposición textos clásicos con los que hemos aprendido y hemos disfrutado mucho.

El primer libro que presentamos es “HISTORIA DEL CORREO DESDE SUS ORÍGENES HASTA NUESTROS DÍAS” editado en 1894, conocido por todos como “El Verdegay”

El autor empieza con un amplio y detallado resumen de los orígenes del correo en las distintas culturas, tanto europeas como africanas, asiáticas o americanas, lo que nos ilustra en el interesantísimo mundo de la historia de las comunicaciones, como soportes de todos los entramados sociales a lo largo del tiempo.

Desde una óptica ya más próxima y más ilustrativa para los interesados en la prefilatelia nos reproduce las Ordenanzas de 1720, las de Campomanes de 1762 y las del Conde de Aranda de 1794, absolutamente imprescindibles para aproximarnos a la interpretación del correo en la etapa anterior al sello. Tras analizar la evolución del correo en Europa en los siglos XVIII y XIX estudia la implantación del sello en los diversos países y los distintos convenios postales internacionales, acabando con la creación de la Unión General de Correos y los Convenios de la Unión Postal Universal. Por último destacar la presentación que nos hace el autor de los primeros sellos españoles y de la aparición de las tarjetas postales, hasta la fecha de la edición de este libro.

José Manuel Rodríguez
Presidente de SOFIMA

PRÓLOGO DE LA OBRA


Cartero Rural

No cabe negar importancia a la historia del Correo, pues el sistema de comunicaciones es- digámoslo así – el sistema nervioso de la Nación.

Es indudable, por tanto, que así como no es posible hallar organismos animales sin centros nerviosos, tampoco es posible comprender organismos sociales sin medios de comunicación.

Acontece que, del modo que en los organismos animales rudimentarios un solo órgano cumple diversas funciones, aunque Imperfectamente, del mismo modo en las organizaciones sociales primitivas existen funciones embrionarias – y la de comunicarse el centro con los alrededores y el todo con cada una de sus partes es una de ellas – que viven y se desarrollan mezcladas y confundidas con otras numerosas y diversas.

La superioridad de unos seres sobre otros en el orden zoológico, y en el tiempo y la cultura de los pueblos en el orden social, hacen que las funciones que les son propias se vayan diferenciando, perfeccionando y definiendo; y este proceso de selección, que se produce con el tiempo, y el desarrollo que una vez diferenciados adquieren los organismos, es lo que constituye su historia.

El Correo tiene la suya, y a ver si logramos reconstruirla y desenvolverla desde los tiempos más remotos hasta nuestros días, se dirigen nuestros esfuerzos.

Tan pobres de inteligencia como ricos de voluntad, hemos puesto en nuestro empeño cuanto nos ha sido posible para que este trabajo resulte, ya que no perfecto y correcto en su estilo, lo más completo posible. Para conseguirlo hemos consultado todas las obras que a nuestro alcance hemos hallado y pudieran dar alguna novedad a esta nuestra, muy modesta, pero tanto más ingrata y difícil cuanto que es preciso armonizar datos y fechas, relatos y testimonios esparcidos en los archivos y bibliotecas, de diferentes Naciones, para llevarla a cabo con algún fruto para nuestros lectores. Estos dirán si hemos conseguido nuestro propósito, y nos daremos por muy satisfechos si merecemos su aprobación.

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