Por José Manuel Rodriguez
Expresidente de SOFIMA
Miembro de la Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal
Recientemente la FIP, FESOFI y SOFIMA han aceptado, como una clase más: la CARTOFILIA coleccionismo de tarjetas postales, normalmente ilustradas. Por lo que en este articulito voy a intentar hibridage entre los enteros postales y las tarjetas postales ilustradas.
El nacimiento de esta afición coincide con la posibilidad del uso y de la circulación por el correo de las tarjetas ilustradas con tarifa de tarjetas postales.
Hasta el 31 de diciembre de 1886, en España, estaba prohibida la circulación, como tarjeta postal y, consiguientemente, con su tarifa, de cualquier tarjeta que no fuese de las emitidas oficialmente por Correos. A partir de esa fecha se liberalizó y generalizó su uso. Hubo tarjetas comerciales pero rápidamente empezaron las ilustradas con muy diversos motivos, frecuentemente con fotografías de monumentos, paisajes, etc. Fue a principios del siglo XX cuando su coleccionismo se convirtió en una moda, hubo un intercambio muy intenso en todo el mundo de las mismas.
Dentro de este contexto los enteros postales mantenían su uso tradicional. Pero he encontrado en mis archivos unos enteros que se contagiaron de esta moda y quisieron emular a las nuevas tarjetas ilustradas. Y tuvieron que hacerlo de forma heterodoxa, como veremos a continuación.
Hablando de los enteros, desde su origen formal, que no real ya que no se emitieron hasta el 1 de diciembre de 1873, en una Circular del ministerio de Gobernación de 10 de junio de 1871, en su artículo 8º, apartado 4º, se dice, refiriéndose a las futuras tarjetas:
“.. no podrán…ni adherirse a otro objeto.”
Esto se deja más claro en los Convenios internacionales. En el Reglamento que desarrolla el Convenio de París de 1 de junio de 1878 se dice, en el artículo XV – 5, también refiriéndose a las tarjetas:
“ …queda prohibido añadir o unir otro objeto cualquiera a las tarjetas postales.”
Visto al reglamento está claro que las dos tarjetas que os presento eran irregulares, por llevar adheridas sendas láminas ilustradas.
La primera, fig. 1, circula de Rentería a San Sebastián el 16 de septiembre de 1904. El remitente nos describe el motivo de la lámina en la parte superior de la misma: “Puerto de Málaga”, fig2.
Fig. 1
El reverso, fig. 2, tiene la ilustración y el texto
Fig. 2
La segunda tarjeta, fig. 3, circula en el interior de Palma de Mallorca, unos meses antes que la anterior, el 5 de febrero de 1904,
Fig. 3
En el reverso de la misma, fig. 4, se ve la ilustración. Aparentemente sin texto.
Fig. 4
Pero no. La ilustración está pegada solo por su parte superior. Al levantarla se ve la parte posterior de la lámina, en la que vemos una nota que nos descubre su origen, fig. 5
Fig. 5
El texto de la nota nos revela su origen, fig. 6.
Fig. 6
Como vemos pertenece a POSTALES BLANCO Y NEGRO, Colección Huertas y es la n.º 7, con título UNA AFICIONADA.
El mensaje “oculto” de la tarjeta, fig. 7, es curioso y un poco críptico:
Fig. 7
“Seguramente verás quien nos llama la atención en el baile; así lo hace expresar la belleza, la arrogante figura y la delicado gusto para elegir una toilette
Carlos Alfonso
Palma y febrero 5/904”
Como vemos, galantería … un poco cursi. Es el reflejo de una parte de la sociedad de la época.
Estos enteros intentaron competir con las postales ilustradas, con menos calidad de imagen, aunque a su favor podemos aceptar que son en color, mientras que la mayoría de las postales de esos años eran en blanco y negro. Y para circular, y circularon, tuvieron que transgredir la normativa que hemos comentado al principio, lo que les da un plus de morbo.