Bajo el título ¿Dónde está mi carta? Luis Fernando Díaz nos ha hablado sobre las rutas equivocadas que en ocasiones toma la correspondencia.
Eso ya casi no ocurre hoy en día, tal vez, porque los correos cada vez transportan menos cartas. Pero durante el siglo XX, eran fenómenos recurrentes la desaparición y la demora de la correspondencia. En consecuencia, quienes más correspondencia tenían, más cartas perdían.
En esta presentación, ha tratado de cumplir un par de objetivos: por un lado, realizar un inventario somero de las relaciones de las personas con las cartas perdidas y por otro, hacer un intento, parcial, preliminar, de explicación de las razones por las cuales las cartas se pierden.
El ponente, Luis Fernando Díaz es Juez FIP calificado en Filatelia Tradicional, Temática y Literatura. Acreditado, además, en la Federación Interamericana de Filatelia (FIAF), en Historia Postal y casi todas las otras clases, habiendo calificado en numerosas exposiciones mundiales y regionales.
Miembro de la Comisión de Falsos de la FIP. Ha actuado en el Comité de Expertos y como juez en Jakarta 2012, Brasilia 2013 y Wuhan 2019.
Creador, junto a nuestro añorado compañero Paco Gilabert, del capítulo de las binacionales Costa Rica – España de la que se realizaron ocho ediciones.
Tarjeta postal enviada desde Australia
Marca administrativa “MISSENT TO KANYA”
Colecciona Costa Rica (tradicional, 1892, 1924-28 y otros) y Temática (materias primas, como “café”, “tabaco”, “sal”…), y muchas otras.
A todos se nos han perdido cartas o paquetes. A veces se nos reenvían, en ocasiones llegan tarde… Esto da lugar a marcas administrativas que derivan en objeto de estudio y que entran a formar parte de la Historia Postal, convirtiéndose en elementos propios de la filatelia y por tanto coleccionables.
La pérdida de la correspondencia y el consiguiente control mediante marcas administrativas no es un tema nuevo. Las primeras marcas de este tipo ya aparecen a finales del siglo XIX.
Marca administrativa “CORRESPONDENCIA MAL ENCAMINADA A PANAMÁ”
Luis Fernando Díaz ha reunido un numeroso grupo de ejemplos de cartas que sufrieron los errores en el tratamiento de la correspondencia. Cartas destinadas a él o a amigos, cartas dirigidas a organismos oficiales e incluso correspondencia dirigida a personalidades del Gobierno de la Nación. Nadie está a salvo del error: ¡Hasta al propio Director de Correos le extravían cartas!
Pero ¿Cuál es la causa de estos errores? Luis Fernando Díaz nos da alguna de la claves para entender esta situación.
En algún caso hay que buscar la causa en alto tan sencillo como la “sinonimia” o similitud en el nombre de los lugares, así, cartas dirigidas a San José (Costa Rica) son encaminadas a San José (California). Otras no son tan evidentes y una carta enviada a Moravia es remitida a Montreal (Canadá).
Carta enviada a la Oficina Filatélica de Correos y Telégrafos de Costa Rica Apartado de correos 8000 con marca “MAL ENCAMINADA A PÉREZ ZELEDÓN” (Código de Área 8000)
En otras ocasiones no toda la culpa es achacable al funcionario destinado a la distribución. Direcciones incorrectas, confusas o incompletas son el origen de un viaje a través del correo que puede dar con una carta en cualquier lugar, por remoto que nos parezca.
Hasta la dislexia del funcionario puede hacer que envíos realizados a un apartado de correos aparezcan, sistemáticamente, en otro.
Todo esto ha dado lugar a una serie de marcas administrativas que la administración de Correos ha ido creando para controlar y documentar estos errores y que Luis Fernando Díaz ha ido recopilando hasta conseguir una simpática colección que le sirve como consuelo ante la frustración que le produce preguntarse ¿Dónde está mi carta?
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