Hasta siempre, Luis

Por Eugenio de Quesada
Vice Presidente de la Sociedad Filatélica de Madrid
Director de “EL ECO Filatélico y Numismático”

Con el fallecimiento del Dr. Luis Alemany Indarte, la Filatelia Española pierde a su mejor exponente y al mejor embajador de nuestra afición en el mundo. Luis llegó a lo más alto en la Filatelia de Competición, tras acaparar un centenar de medallas de oro grande y oro, además de gran número de grandes premios internacionales, premios especiales y felicitaciones del jurado en exposiciones del máximo rango, celebradas en los cinco continentes, que fueron coronados con el excepcional título de Campeón Mundial de Filatelia (“World Stamp Championship”), otorgado solemnemente en 2008 en Tel Aviv por la Federación Internacional de Filatelia (FIP), en el marco de la Exposición Mundial de Israel.


Luis Alemany

Dr. Luis Alemany Indarte

Un palmarés expositivo sin parangón, obtenido por sus mejores colecciones, del centenar que había ido creando durante más de medio siglo de incansable actividad como filatelista. Colecciones en las que el estudio y la investigación eran tanto o más relevantes que su considerable valor crematístico. Porque Luis era, además de un coleccionista sin parangón, un formidable investigador. Su valiosa aportación al acervo común de la Filatelia Española se puso de manifiesto en su media docena de obras, entre las que destaco por mi querencia al Telégrafo, su discurso de ingreso en la Real Academia, leído en 1983 y titulado “Los Telegramas de Filipinas por el cable Manila-Hong Kong, 1880/85”, así como sus obras publicadas en Cuadernos de Filatelia de FESOFI, “Brasil: Ojos de Buey, los primeros sellos de América, 1843” y el “Catálogo de Sellos Fiscales de España” editado por Edifil. No en vano era uno de los más prestigiados académicos de número de nuestra Real Academia Hispánica de Filatelia e Historia Postal, formando parte de Rol de Filatelistas Distinguidos de la Royal Philatelic Society de Londres, y habiendo recibido los mayores reconocimientos que otorga la Filatelia Internacional en reconocimiento a su brillante trayectoria como filatelista.

Conocí, trate y quise a Luis desde que lo conocí en 1976, hace casi medio siglo, cuando ingresó en la Sociedad Filatélica de Madrid (Sofima), de la que Alemany sería presidente décadas después, siendo nombrado presidente de honor tras su renuncia, dando paso al nuevo equipo encabezado por José Manuel Rodríguez como presidente y José Pedro Gómez-Agüero como secretario, del que formé parte como vicepresidente, acometiendo la celebración del cincuentenario de nuestra Sociedad con la organización de la inolvidable Exposición Filatélica Nacional Exfilna 2010 de Madrid, celebrada con gran éxito en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.

Recuerdo con sorprendente nitidez (a la vista de cómo flojea la memoria inmediata), cuando en los años ’70, al final de la presidencia de Manuel R. Rodríguez-Germes y al inicio de la de Antonio Perpiñá, el joven doctor arquitecto Luis Alemany mostraba sus primeras colecciones (y pedía consejo) a los directivos de Sofima. Envidiábamos, por aquel entonces, la impecable rotulación de los textos de las hojas de sus colecciones, realizada con las plantillas que usaba en su estudio de arquitectura. Y es que Luis, además de notable filatelista, era uno de los arquitectos españoles más notables. A él se debió el complejo Azca, con edificios tan emblemáticos como la Torre Windsor o el edificio de El Corte Inglés de Castellana, o la remodelación del estadio Santiago Bernabeu del Real Madrid, que construyó su padre, también arquitecto.

Presentación Bernabeu

El arquitecto Luis Alemany presentando su proyecto de reforma del Estadio ‘Santiago Bernabeu’ del Real Madrid, como sede del Campeonato Mundial de Fútbol España ’82.

Nunca olvidaré dos anécdotas de Luis que me conmovieron profundamente. La primera ocurrió un domingo en los corros de cambistas del tradicional mercado filatélico de la Plaza Mayor de Madrid (junto a la esquina de la plaza con la calle Felipe III, tras los ventanales que dan a los soportales y los balcones que colindan con una de las entradas a la plaza, está la sede de Sofima). Tras darme un apretón de manos, Luis me entregó un sobre que contenía varias cartas de la emisión Quinta de Goya de 1930, que integraría en la colección con la que gané el gran premio de la Exposición Nacional de Filatelia Juvenil Juvenia 83. Un regalo que me llegó al alma y que Luis justificó por mi “trabajo” en Sofima, montando Exfilmas en la Real Casa de la Panadería, ensobrando y haciendo envíos de circulares o diseñando la portada del catálogo de la subasta social de Sofima, que coordinaba el secretario Hermógenes Sánz.

La segunda anécdota se produjo en Murcia, adónde Luis y yo habíamos viajado, solos y por separado, para visitar y participar en Exfilna ’84. Nos encontramos al salir del tren y comenzamos a charlar cuando, paseando por el centro de Murcia, nos topamos con un cine en el que se proyectaba la primera entrega de la saga de la película “Indiana Jones”, protagonizada por un jovencísimo Harrison Ford. “¿La vemos?”, me preguntó Luis. Tras mi aceptación, compró dos entradas y disfrutó de las escenas de aventuras como un adolescente, entre gritos de asombro y aplausos de un entusiasmo contagioso, mientras dábamos botes en nuestros asientos del cine. Una experiencia que, pese a tratarse de algo tan común como ir al cine, fue para mí algo inolvidable.

Porque Luis Alemany, pese a su excepcional prestigio profesional como arquitecto y su relevancia incuestionable como número uno de la Filatelia de Competición, tenía una personalidad jovial, era una persona tan generosa como empática, estando dotado de un entusiasmo desbordante… y de una voracidad filatélica sin límites. Él ha sido el filatelista español más omnívoro que haya existido. Como los grandes cantaores, tocó casi todos los palos. Y como los buenos fármacos de amplio espectro, servía para todo ¡y de qué manera!, filatélicamente hablando. Llegó a lo más alto en casi todas las especialidades de nuestro coleccionismo: desde la Filatelia Clásica, con sus excepcionales colecciones de Isabel II, hasta su última gran pasión, la Filatelia Fiscal, a la que dedicó sus últimos años de lucidez, pasando por gran parte de las Clases FIP. Un caso único (y probablemente irrepetible) que contribuyó a situar la Filatelia Española en lo más destacado del podio mundial.

Luis Alemany

Tuve ocasión de organizar un merecido homenaje a Luis Alemany, celebrado en el Hotel Velázquez y que contó con una nutrida asistencia de miembros de la Sociedad Filatélica de Madrid, antes de que la enfermedad devastase sus recuerdos, en el que, uno por uno, le fuimos expresando nuestro reconocimiento y afecto al presidente de honor de nuestra Sociedad. Un almuerzo inolvidable, al igual que el aperitivo y las copas con las que lo culminamos el habitual grupo de irreductibles, en el que pudimos expresar la gran admiración por Luis y nuestro legítimo orgullo como miembros de nuestra Sociedad.

Quise (y siempre querré) a Luis. Y tuve ocasión de demostrárselo en momentos clave, que es cuando se manifiesta la verdadera amistad. Hoy, cuando perdemos por segunda vez a nuestro querido Luis (la primera fue cuando el Alzheimer le robó su prodigiosa memoria), rindo homenaje al presidente de honor de nuestra Sociedad Filatélica de Madrid y al Campeón Mundial de Filatelia, que fue sin duda el filatelista español más laureado de la historia, también al investigador, al autor y al académico… pero, sobre todo, al amigo y a la persona, entrañable y generosa, que siempre recordaremos. Hasta siempre, Luis.

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